Ha optado por desechar la posibilidad de que en algún momento su situación alimentaria cambie
Opto por buscar medicamentos para palear la escasez de alimentos
Sonia tiene 76 años. Vive en Artemisa con su esposo de 78 años.
¿Puede describir su estado de salud?
Sonia padece de una neuropatía periférica, una deficiencia en la producción de vitaminas del complejo B (B1, B6, B12). Los síntoma de este padecimiento son dolores en las extremidades que imposibilitan su correcto desarrollo motoro, fatigas, sudoraciones, poca resistencia a grandes esfuerzo, entre otras limitaciones frente al ejercicio físico. La manera de enfrentar este padecimiento es por medio de la aportación al organismo por vías externas de las vitaminas que no produce, por vía farmacéutica o, y preferiblemente, por medio de una alimentación basada en productos ricos en dichas vitaminas. (Proteínas animal y vegetal, frutas y vegetales frescos, lácteos, etc. )
¿Qué periodo de tiempo lleva presentando este estado?
En este momento Sonia se alimenta exclusivamente por medio de la oferta de una Casa de Abuelos.
Sonia padece de anemia además de su necesidad de vitaminas y su estado actual de salud es bastante delicado. Su padecimiento y su edad se suman al desabastecimiento alimentario de su zona, para dar lugar a una situación verdaderamente crítica que agrava progresiva y agresivamente su estado de salud. Además, Sonia ayuda en la manutención de su madre, por lo cual sus ingresos también son compartidos.
¿Necesita de alguna alimentación específica por su condición? ¿Cuál?
Fundamentalmente carnes, frutas, vegetales y lácteos.
¿Esta alimentación representa un gasto adicional en sus costos de alimentación? ¿Qué formas o canales alternativos utiliza para “resolverla”?
Sonia no alcanza a adquirir la alimentación específica que le permite mejorar su condición de salud. Fundamentalmente por causa del desabastecimiento y las malas políticas de gestión de los pocos alimentos que llegan a su municipio. En segundo lugar, su condición de jubilada que no le aporta ingresos suficientes para acceder a los precios del mercado negro.
¿Qué alimentos normados (de la libreta) recibe para cubrir las necesidades de su condición?
La neuropatía periférica no está incluida dentro de los padecimientos que incluyen una dieta especial, por lo cual los que la padecen reciben iguales productos y porciones que el resto de la población. De esta forma, los productos normados por la libreta de abastecimiento no representan ningún tipo de cobertura especial en la alimentación de Sonia.
¿Padece de ansiedad o preocupación por el suministro de alimentos necesarios para su salud?
Sonia ha llegado al punto de padecer crisis de ansiedad tratadas de forma especializada con seguimiento siquiátrico, desde hace varios meses.
¿Ha limitado la calidad o la cantidad de los alimentos en beneficio de otro miembro familiar, a su consideración, más vulnerable?
No.
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Sonia es una señora que aparenta tener mas edad de la que tiene. Habla de manera desenfadada y crítica. Desde el primer momento de la conversación ataca, analíticamente, sus malas condiciones de vida, la falta de medicamentos, de alimentación, de atención médica y todo cuanto le afecta. A pesar de su molestia, Sonia logra ser precisa y establece una crítica coherente y cargada de elementos. Es el caso común en la generación de la tercera edad de estos tiempos, personas muy preparadas que desde sus análisis de afectados desmontan la situación y desarrollan un discurso del cómo han llegado a ese punto y cómo solucionarlo, presentando ideas bastante interesantes.
Sonia ha llegado a un nivel de resignación tan grande que ha optado por desechar la posibilidad de que en algún momento su situación alimentaria cambie, por esto invierte sus esfuerzos y su dinero en encontrar medicamentos que le ayuden a sobrellevar las dificultades de su padecimiento.
La conversación fue en la sala de su casa, una casa muy adornada con elementos de hace más de 40 años. A pesar de su dinamismo la conversación fue lenta porque Sonia se quejaba constantemente de sus dolores, a causa de su enfermedad.
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En este lugar (cuyo pago le ocupa el 80 % de su retiro) buscan brindar a los abuelos un servicio balanceado de alimentación ciertamente abarcador para mi sorpresa. Los abuelos consumen leche tres veces al día, carne de res al menos dos veces al mes y carne de pollo y huevo al menos una vez por semana. Aquí desayunan, meriendan, almuerzan, meriendan y llevan comida cocinada para cenar en sus casas. A pesar de lo anterior las porciones no logran ser suficiente para influir positivamente en la salud de los ancianos que dependen de estos lugares para su nutrición.
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