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Raquel tiene 54 años, vive con su hermano y mascotas en La Habana
Frida Project
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¿Tienes mascotas en casa?

 

¿Desde cuándo convives con ellas?

Con Niña desde hace 3 meses, la recogí cuando una familia del barrio emigró y la abandonó en la calle. Pobrecita, tenía mucho miedo, así que la recogí enseguida que una vecina me avisó de la situación.

¿Qué come tu mascota? 

Niña come arroz y de proteína huevo, salchichas, pollo, jamonada o picadillo de soya del que dan en la bodega. 

¿Cuántas veces al día la alimentas?

 

Una vez al día, a eso de las 7pm. Antes le daba un poco de leche en el desayuno pero desde que se ha encarecido tanto ni yo la tomo así que no la puedo compartir.

 ¿Cómo elaboras sus alimentos?

Básicamente come de lo que yo cocino para nosotros. Es una sola comida para todo el mundo.

¿El ejercicio de proveer a tu mascota, ha mejorado o empeorado durante los últimos dos años?

Ha empeorado porque yo antiguamente encontraba más alimentos para mis mascotas, como residuos de cerdo, boniato, ahora tengo que apartar de lo que yo como porque no me da la cuenta buscarle algo extra.

¿Tuviste mascotas durante los noventa?

Sí, Yogui, un perrito Puddle.

 ¿Cuán diferente era entonces de ahora?

En los noventa había menos opción. Seguías compartiendo con tu mascota la comida que hacías, pero básicamente lo que se le destinaba eran las sobras si había, en nuestra casa casi siempre arroz con frijoles. Recuerdo que Yogui no comía frijoles, dejaba los granos.

Seguías compartiendo con tu mascota la comida que hacías, pero básicamente lo que se le destinaba eran las sobras si había, en nuestra casa casi siempre arroz con frijoles

¿Tuviste animales de crianza en los noventa (pollos, cerdo, conejo, etc.)?

Sí, pollos.

 

¿Debieron ser sacrificados para el consumo familiar?

¿Los consideraste en su momento mascotas?

Sí, tenían nombre y todo, Tita y Tito eran unos. A Tita le gustaba el pan que me daban en la merienda del trabajo y yo le guardaba un poco. En su momento fueron sacrificados, pero ya cuando estaban muy viejos. Tito no podía caminar, tenía un problema en las paticas porque estaba muy gordo. 

 

Teníamos una broma en la familia, cuando Tita dejaba de poner huevos, también preciados en ese tiempo, mi mamá salía al patio y como hablando sola decía “que va, vamos a tener que sacrificar a Tita que ya está vieja y no pone huevos”, entonces al día siguiente Tita ponía huevos, o al menos así nos gustaba creer que era.

¿Qué otras experiencias tuviste sobre la alimentación de animales en convivencia con humanos durante el abastecimiento acentuado en los noventa?

Bueno, yo trabajaba en un laboratorio. Se usaban conejos inmunizados para hacer sueros diagnósticos, se les inyectaba la enfermedad al animal para extraerle luego el anticuerpo. El procedimiento era sangramiento total, se realizaba una vez al mes. Tras el procedimiento, los hígados y otras partes nos lo llevábamos para la casa y lo cocinábamos para la familia. Claro, esto no era peligroso, por ejemplo, los animales inyectados con Meninguitis no eran destinados al consumo.

El procedimiento era sangramiento total, se realizaba una vez al mes. Tras el procedimiento, los hígados y otras partes nos lo llevábamos para la casa y lo cocinábamos para la familia.

Existían muchos rumores producto de la imaginación y la necesidad, que vinculaban a los animales callejeros, a los animales de zoológico ¿cuál conoces de esa época?

Rumores había muchos. Pero sí recuerdo una anécdota por lo fuerte. Una vecina mía tenía el problema de un gato que se le metía en la cocina y le tomaba la leche que había puesto a refrescar para el niño. No importaba cómo la dejaba, siempre se salía con la suya. Al final mi vecina se cansó y metió al gato en un saco, lo amarró y lo tiró al tanque de la basura. Otras anécdotas con gatos son aún más crueles, porque los comían, pero no conozco ninguna historia cercana, por suerte.

¿Cómo dueño de un animal de compañía, que crees que falta en el mercado cubano para la alimentación animal?

Para alimentación nada más no, para todo el mercado de mascotas falta de todo.

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