Nota de prensa N° 39- Food Monitor Program
Un cubano necesitaría diez salarios mínimos para una alimentación adecuada: nuevo estudio alerta sobre mayor precarización alimentaria
La Habana, 11 de agosto de 2025
Food Monitor Program publica los resultados más recientes de su estudio sobre la canasta básica alimentaria (CBA) en Cuba, revelando cifras que confirman una crisis sostenida en el acceso a una dieta mínimamente saludable: Dos adultos viviendo en La Habana necesitarían al menos 41 735 pesos para cubrir una dieta apenas suficiente. Esta cifra equivale a casi 20 salarios mínimos o a dos años de pensiones mínimas según los ingresos oficiales en el país.
El observatorio monitoreó por seis meses 29 productos correspondientes a ocho grupos alimenticios, presentes tanto en redes de gestión estatal como privada. Se buscó cumplimentar los requerimientos básicos necesarios para dos adultos, jóvenes y saludables, en correspondencia con la disponibilidad/precio de los alimentos más consumidos en La Habana y en Cienfuegos.
El precio de la canasta básica alimentaria se muestra inalcanzable para la mayoría de las familias cubanas, aún construyendo una dieta mínimamente saludable, donde se priorizaron alimentos procesados y menos nutritivos (picadillo y salchicha por carne de res o pescado), se redujo la variedad de alimentos frescos (ej. dos frutas por estación) y no se contemplaron los costos de servicios necesarios para la cocción, prácticamente irrelevantes por su colapso nacional.
Según la Encuesta de Seguridad Alimentaria de FMP para el 2024 más del 80% de los hogares destinaba para su alimentación más de lo que sus ingresos formales les permitían. Solo un 25% alcanzaba a pagar más de 10 000 pesos mensuales para ello. El 70% de los hogares contaba con uno o dos ingresos formales, no más.
La gran mayoría de los hogares cubanos no tiene cómo asegurar una dieta mínimamente saludable, y sobrevive con una dieta altamente repetitiva, escasa en fibra, pobre en micronutrientes y dependiente de alimentos ultraprocesados. Food Monitor Program recuerda que la subalimentación continuada mantiene el hambre oculta en la población impactando en el desarrollo físico y cognitivo, así como en la exposición a enfermedades carenciales.
Food Monitor Program recuerda que la canasta básica alimentaria es una herramienta técnica que sirve de base para definir salarios mínimos, líneas de pobreza y políticas públicas de protección social. Pero en Cuba, esta lógica se rompe por completo. En el contexto cubano, el consumo no refleja elección, sino carencia; no se estructura en función de hábitos culturales ni criterios nutricionales, sino de lo que el Estado permite o el mercado impone.
Por ello, Food Monitor Program plantea la necesidad de repensar el concepto de canasta básica no solo como un cálculo técnico, sino como una herramienta ética y política, como indicador de urgencia social. En Cuba, donde el Estado ha delegado de facto la responsabilidad alimentaria al mercado informal y al esfuerzo individual, el acceso a una dieta básica no está garantizado ni por el ingreso ni por la política pública. Food Monitor Program aboga por la visibilización de las precarias condiciones estructurales que enfrentan los hogares cubanos en cuanto a la alimentación, así como por la consecución del derecho a una alimentación adecuada y saludable para todos los cubanos.