Nota de prensa N° 23- Food Monitor Program
27 de mayo de 2024
Durante los últimos meses los cubanos sufren una profundización de la inseguridad energética como otro componente de la crisis multifactorial presente en la Isla. El gobierno ha avisado de déficits de hasta 1095 MW en horarios pico, a causa de la salida por mantenimiento, averías o falta de combustible, de medio centenar de centrales de generación eléctrica. Como resultado, se reportan cortes de electricidad de hasta 15 horas consecutivas, así como períodos cortos de fluido eléctrico de hasta 4 horas respectivamente. Hasta un 30% del territorio nacional ha sido afectado simultáneamente durante las tardes- noches, horarios picos representativos por las actividades que se realizan en su marco.
El colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) está dejando a los cubanos en aún más precarias condiciones de vida. Se debe considerar que los horarios de mayor afectación son también los de mayor demanda, donde las personas regresan de sus trabajos y elaboran los alimentos. Dada la alta dependencia a equipos electrodomésticos tras la llamada “Revolución Energética”, la falta de esta energía y la imposibilidad de utilizar combustibles alternos está dejando a cientos de familias en una inseguridad alimentaria agravada. En provincias considerablemente más perjudicadas por los “apagones”, como Camagüey, Cienfuegos u Holguín (aunque también hay distinciones entre municipios), muchos hogares están dejando de realizar una comida al día por la imposibilidad de cocinarla con anticipación. En otros hogares, como Food Monitor Program pudo registrar en Perico, Matanzas, las familias optan por cocinar almuerzo y cena al mismo tiempo, y comer la segunda sin calentar.
Junto a los prolongados recortes de energía eléctrica y las altas temperaturas relacionadas con la nueva ola de calor en la Isla, los refrigeradores pierden capacidad para asegurar la conservación de alimentos frescos y perecederos. A su vez, la imposibilidad de recalentar comidas elaboradas, como método higiénico preventivo, también afecta la inocuidad de los productos que actualmente consumen los cubanos, con alto riesgo de enfermedades gastrointestinales.
Los cortes de electricidad también están incidiendo negativamente en la facultad de los cubanos para recoger, almacenar y potabilizar el agua que beben, ya que requieren tanto de motores de impulso (para llevar el agua a los depósitos) como de cocinas eléctricas (para hervirla). Cubanos entrevistados por Food Monitor Program aducen “no recordar lo que es el agua fría” lo que, junto a la ausencia de energía para ventilar durante el horario nocturno, afecta directamente la calidad de vida mientras en la Isla se alcanzan hasta 40 grados Celsius de temperatura.
Esta situación crítica también influye en la desigualdad de género, considerando que son las mujeres las mayormente encargadas de elaborar los alimentos y cuidar a los más vulnerables en el hogar. Por su parte, los adultos entrevistados, responsables de proveer los alimentos, refieren destinar más de tres días a la semana a buscar y “resolver” qué comer; prefieren comprar en menores cantidades (siendo en ocasiones más costoso) ya que con los apagones no quieren correr el riesgo de que los insumos se le echen a perder.
La grave inseguridad energética en conjunto con la obsoleta infraestructura en la mayor parte del país trae otros perjuicios como la explosión de transformadores del tendido eléctrico urbano, así como el desgaste y la rotura de electrodomésticos en el interior de los hogares.
Otras repercusiones menos visibilizadas se dan en el derecho al trabajo y al estudio, ya que incapacitadas de enviar meriendas y “refuerzos” (ya que los almuerzos escolares no cuentan con proteína) muchas madres cubanas alegan preferir no enviar a sus hijos a la jornada lectiva. Por la necesidad de ajustar las actividades de la vida cotidiana en el hogar a los “alumbrones” o periodos con fluido eléctrico, otro tanto de cubanos presenta ausencias en sus respectivos centros de trabajo, también afectados por la programación de recortes eléctricos.
Food Monitor Program emite una alerta sobre la grave inseguridad energética en Cuba, que impacta negativamente el seguro, sano y sostenido consumo de agua y alimentos en todo el territorio. También pide una mayor atención en la precarización de las condiciones de vida de los cubanos y en el riesgo que implica la defectuosa conservación de alimentos perecederos, sobre todo en un contexto de precarización económica y desabastecimiento.