Nota de PRENSA
Nota de prensa N° 15- Food Monitor Program
La Habana, 25 de noviembre de 2023
Desde 1999, se celebra el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para la Asamblea General de las Naciones Unidas este flagelo no solamente contempla la violencia física y sexual contra las féminas, sino que incluye también otros tipos más sutiles, como pueden ser la psicológica, las amenazas, la coacción o la privación de libertad.
Tras el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, el Gobierno incorporó a las mujeres al trabajo productivo, mostrándolo como símbolo de emancipación femenina. Sin embargo, las cubanas han debido enfrentar otras cargas generadas por la inseguridad social y económica presentes de forma cíclica en el país.
Las cubanas, además de realizar sus trabajos profesionales y las tareas domésticas, cargan al interior de sus hogares con el peso de la alimentación intrafamiliar, lo cual les supone una violencia psicológica, física y económica. Debido a la presión que de cierto modo le impone su rol de proveedoras alimentarias de sus familias, son quienes más sienten la pérdida de alimentos a causa de la inseguridad energética en Cuba.Por ejemplo, tras prolongados cortes de electricidad o agua, las mujeres son mayoría dentro de los grupos de personas que salen a las calles a protestar, o que cierran las vías públicas como forma de demanda. Respuestas gubernamentales a la precaria situación de las mujeres presentes en estas demostraciones de hartazgo han sido los arrestos, desalojos, el levantamiento de expedientes penales y la amenaza de quitarles a sus hijos por negligencia.
Foto: El Toque. María Luisa Fleitas, madre de Rolando Vázquez Fleitas, preso por las protestas del 11J.
Asimismo, el desabastecimiento de la actual crisis económica y alimentaria en la Isla aumenta su carga intrafamiliar. En la mayoría de los hogares cubanos, son las féminas quienes dedican largas horas a hacer colas para comprar los pocos alimentos a los que pueden tener acceso; o monitorean los sitios de intercambio, venta paralela y recetas alternativas en las redes sociales. Cuando los consiguen, son las encargadas de elaborarlos y distribuirlos, priorizando a los miembros más vulnerables en el hogar. En encuestas FMP ha descubierto que las mujeres son las primeras sacrificadas para asegurar una parte proteica a sus hijos. Por ejemplo, mientras el sistema educativo cubano no garantiza una alimentación saludable e inocua, son las madres las que se encargan de enviar a sus hijos con comida desde casa. Esta situación de indefensión se profundizó, durante la pandemia de Covid-19, cuando las mujeres estuvieron más expuestas al virus. No solo estaba en riesgo su salud, sino también la de sus familiares, sobre todo en los núcleos familiares monoparentales de madres solteras con hijos en edad escolar.
Diversos estudios demuestran que los hombres miembros de núcleos familiares que padecen inseguridad alimentaria tienen el doble de probabilidades de ejercer la violencia contra sus parejas. A lo cual se suma también un incremento del alcoholismo, la depresión y la ansiedad, que a su vez aumenta la violencia doméstica.
Para las madres de las más de 1878 personas detenidas desde el 11J por criterios políticos, asegurar la nutrición de sus hijos privados de libertad se vuelve una carga importante. El sistema de prisiones en Cuba no garantiza alimentos saludables o agua potable, violando sistemáticamente las Reglas Mandela, por ello los familiares de los reclusos se ven obligados a entregar provisiones adicionales. Las mujeres que ven a sus esposos e hijos, fuera de sus hogares tienen la doble carga de garantizar la economía del hogar sin miembros fundamentales para ello, y proveer a personas en injustas condiciones de vulnerabilidad.
Debido a todas estas causas, Food Monitor Program alerta sobre los distintos tipos de violencia en torno a la alimentación o trabajos relacionados con esta que vienen sufriendo desde hace décadas las mujeres en Cuba. Tampoco quiere dejar pasar por alto la responsabilidad que tienen el Estado y el gobierno cubanos, tanto directa como indirecta, en esta situación.