Nota de PRENSA
Nota de prensa N° 14- Food Monitor Program
La Habana, 21 de octubre de 2023
El pasado martes 17 de octubre, en comparecencia televisiva, en el programa Mesa Redonda, el ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, afirmó que “gracias al pensamiento de Fidel Castro la industria alimentaria cubana tiene suficiente capacidad para producir alimentos para el pueblo”, con 110 empresas y 800 fábricas para procesar alimentos. Acto seguido, culpó al embargo estadounidense de la falta de materias primas necesarias para el funcionamiento de esas empresas y fábricas.
Sin embargo, apenas unos días antes, Alejandro Gil, el ministro cubano de Economía, en el mismo espacio, reconoció que Cuba importa el cien por ciento de todos los productos de la denominada libreta básica. Asimismo, declaró que el país no tenía dinero para comprar alimentos y que Cuba se encontraba sumida en una crisis.
Por otra parte, medios oficiales de prensa han informado que diversas fábricas de procesamiento de alimentos han cesado esas labores y derivado sus servicios hacia otros ramos para no dejar desempleados a sus trabajadores. A esto se suman las propuestas de varios altos dirigentes gubernamentales de retomar el autobastecimiento individual, que van desde cultivar piñas en los patios hasta estanques para la piscicultura, como medidas para contrarrestar el grave desabastecimiento presente la Isla.
Antes de 1959, Cuba se autoabastecía de un poco más de 70% de sus alimentos y exportaba el excedente. Sin embargo, a partir de 1960 y hasta el día de hoy, las importaciones alimentarias han crecido en más de 50% y las exportaciones de azúcar, por ejemplo, han decaído a niveles similares a los de inicio de siglo XX. Lo mismo ha sucedido con las industrias cárnica, láctea, pesquera y el sector agroindustrial.
Estas cifras básicas demuestran que el modelo estatal económico y las decisiones gubernamentales durante más de sesenta años han sido un fracaso, llevando al pueblo cubano a una grave crisis alimentaria. Asimismo, las ideas de Fidel Castro, desde la Zafra de los Diez Millones y el Cordón de La Habana hasta el cambio de una ganadería extensiva a intensiva, probaron ser un fiasco total, deteriorando cada vez más el sector alimentario.
Por otra parte, la decisión gubernamental de priorizar las inversiones al turismo, en detrimento de la industria agroalimentaria, es un factor importante en el empobrecimiento del desarrollo alimentario de la Isla. Desde Food Monitor Program alertamos las consecuencias que tiene la narrativa de seguir reproduciendo el culto a las acciones de Fidel Castro, pues de esta manera se disfraza la responsabilidad del actual Gobierno en la crisis alimentaria que sufre el país. De igual manera, el embargo económico es utilizado como chivo expiatorio para justificar los errores del sistema estatal y gubernamental que han sumido a Cuba en un sostenido estado de miseria.
Asimismo, queremos hacer notar las incongruencias en los discursos de los diversos dirigentes, cuyas palabras no solo difieren de la realidad, sino incluso entre lo declarado por ellos mismos. Esto solo lleva al pueblo a un estado de confusión, incertidumbre y angustia que afecta directamente el derecho a una vida digna.