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Rublo ruso
Nota de PRENSA

Nota de prensa N° 13- Food Monitor Program

La Habana, 6 de octubre de 2023

El pasado 27 de septiembre, Vicente de la O Levy y Alejandro Gil Fernández, ministros de Economía y de Energía y Minas, respectivamente, comparecieron en el programa televiso Mesa Redonda para informar a la población sobre la actual situación económica del país en materia de combustibles. Aunque ambos ministros aseguraron que el país no se paralizará, sí definieron la situación como crítica.

Vicente de la O Levy centró su participación en la crisis energética y de combustibles, alegando que cada provincia hará su planificación de apagones según las necesidades industriales. Sin embargo, declaró que se seguirá destinando gran parte del presupuesto (30 millones de euros al mes) a priorizar el combustible para los aviones, indispensable para el sector turístico. Mientras que, por ejemplo, la inversión en gas licuado y manufacturado ronda apenas los 20 millones de dólares; si bien reconoció que las afectaciones en este suministro recargan el ya deficitario sistema energético, pues la cocción de alimentos se realiza entonces mediante equipos electrodomésticos (cocinas eléctricas, de inducción, ollas arroceras, reinas, microondas, etc.). Asimismo, admitió que los apagones provocan un crecimiento en el consumo en el consumo eléctrico, pues “cuando en una casa se va la corriente por casi 10 horas, al regresar el servicio el refrigerador, por ejemplo, arranca hasta alcanzar su temperatura y eso incrementa la demanda”.

Por su parte, instó al pueblo a ahorrar aún más, apagando bombillos en los hogares y encendiendo los aires acondicionados después de las 10 de la noche, a 24 grados. También recomendó al sector privado detener los hornos para la cocción de pizas y pan en los horarios picos, por el alto consumo que representan.

Entretanto, Alejandro Gil tocó varios puntos clave que se verán más afectados aún por la declarada crisis energética. Uno de los temas medulares fue el de la alimentación, pues el ministro de Economía reconoció que todos los productos vendidos a través de la libreta de racionamiento son importados (1 800 millones de dólares), pero el país no cuenta con créditos para comprar ni esos (café, pollo, masa deshuesada mecánicamente) ni otros alimentos. Esto ha traído como consecuencia atraso en la entrega de varios productos de la libreta como arroz, pollo y café, entre otros.

Asimismo, declaró que la actividad agrícola impone un alto consumo de combustible y que, debido a la crisis de la situación actual, no se podrán mantener siquiera los niveles de semanas atrás, aplazando algunas actividades. Y, aunque se hará lo posible por no perder las cosechas, junto con Vicente de la O recalcó la prioridad de gastos en el sector turístico.

También refirió que el mayor reclamo de la población al Gobierno es el crecimiento de los precios, del cual culpa principalmente a la especulación, la cual no pueden combatir porque no hay dinero para generar una oferta que la enfrente. Según sus palabras, el país tiene 3 mil millones menos de dólares que en 2019 y, debido a la inflación existente, cada vez más se va perdiendo la capacidad de compra de los ingresos provenientes del trabajo. Así, calificó el mercado negro de divisas como una distorsión en la economía que se traslada del sector privado al sector estatal, elevando los precios de los productos. Sin embargo, declaró que el país no cuenta con las divisas necesarias para aumentar la oferta de productos en déficit y disminuir la inflación.

De manera general, se quejó de que el traslado de agua en camiones cisterna eleva el consumo de combustibles; aseguró que la cuota de arroz del mes de octubre no podría ser distribuida en los primeros días pues depende de la llegada de los barcos; explicó que en algunos territorios se regulará la venta de productos cárnicos no asociados a la canasta básica; y propuso retomar el teletrabajo.

Ambos ministros achacaron la situación del país al embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba; mientras Alejandro Gil afirmó que la economía cubana, abierta, depende de la economía del resto de los países. Igualmente, reclamó la confianza del pueblo en sus dirigentes, sin renunciar a la vocación socialista de la Revolución.

Desde Food Monitor Program advertimos las consecuencias a la población no expresadas en las intervenciones de estos ministros, teniendo en cuenta experiencias de anteriores períodos similares:

Una mayor cantidad de apagones implicará mayores afectaciones en el suministro de agua a la población, pues muchas veces coincide con el horario de entrada del agua, ya sea del bombeo estatal o del bombeo particular; necesario este último, pues el agua no entra todos los días ni a toda hora en la mayoría de las zonas, ni con la fuerza suficiente para que suba a los tanques por gravedad.

La protección de ingresos al sector turístico a expensas de recortes a la agricultura, el transporte, la alimentación y los servicios básicos a la población implicarán más retrasos y desabastecimiento en los productos de la libreta de abastecimiento, sobre todo de pollo, si no la desaparición de algunos de estos productos, como el café; la producción del pan de la bodega y la venta de la leche normada a los niños podrá verse comprometida. Por tanto, las personas de la tercera edad o dependientes de los productos de la libreta de abastecimientos se hallarán en un mayor estado de vulnerabilidad. Además, estos nuevos recortes implicarán un aumento en los costos de los productos del mercado negro, prácticamente la única cadena de abastecimiento de alimentos de la población.

Asimismo, los constantes apagones conllevan muchas veces rotura de los equipos electrodomésticos como los refrigeradores. De igual manera, provocan ruptura en la cadena de refrigeración de los alimentos, por lo que su calidad y sanidad se ven todo el tiempo comprometidas.

Los recortes en la distribución del gas manufacturado y licuado repercutirán en un aumento mayor de la inseguridad alimentaria por la falta de combustibles para cocinar. El uso de combustibles alternativos como leña o keroseno también podrá provocar afectaciones en la salud, por ejemplo, de las personas asmáticas y aumentar el riesgo de accidentes domésticos.

Por otra parte, la salud mental y física de la población podrá verse comprometida debido al estrés generado por la profundización de la crisis, así como por la falta y mala calidad de los pocos alimentos de los que podrá disponer. Deberá prestarse especial atención a las poblaciones vulnerables como niños, ancianos y embarazadas, pues en procesos anteriores semejantes se han dado aumentos en diversas patologías, como hipertensión, diabetes y desnutrición.

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Créditos a: Margarita Fresco

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