Nota de PRENSA
Nota de prensa N° 12- Food Monitor Program
La Habana, 9 de agosto de 2023
Durante el primer período ordinario de sesiones de la décima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), ocurrida a finales del pasado julio, Jorge Luis Tapia Fonseca, viceprimer ministro de Cuba, afirmó públicamente que una de las soluciones para el hambre existente en Cuba es la acuicultura local y familiar. Hecho que, según él, ya se había implementado con éxito durante el Período Especial.
La intervención del viceprimer ministro llega luego de que, hace un mes, Midalys Naranjo, viceministra de la Industria Alimentaria, reconociera que, a pesar de ser Cuba una isla, sus aguas no cubren el volumen de pescado demandado por la población. Ya con anterioridad, a finales de 2022, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en intervención televisada de la ANPP, alegó que, si bien en la Isla existe una Ley de Pesca, no hay pescado.
Según datos de la prensa estatal nacional, en 2022 solo llegaron 438 gramos de proteína animal de los 5 kilogramos mensuales per cápita que deberían ser. Cifra que, en lo que va de 2023, ha descendido a 347 gramos por habitante. Esta disminución, según el propio Tapia, se debe, entre otros factores, a “la falta de celeridad en la construcción de módulos pecuarios, la dotación de masa básica de las diferentes especies y la producción de alimento animal”.
Asimismo, Tapia Fonseca exhortó a realizar un censo de palmas por municipios para saber cuántas toneladas de palmiche se podrían obtener y la posible creación de brigadas para recogerlo; aunque no especificó el uso que se le daría. A lo cual añadió que se debían retomar las siembras populares de arroz en patios y parcelas.
Sin embargo, la experiencia obtenida durante el Período Especial demostró que este tipo de autoabastecimiento que está exigiendo el Gobierno al pueblo es imposible de cumplir; sobre todo en las zonas densamente pobladas y citadinas, donde no solo no existen las condiciones higiénico-sanitarias para ello, sino que tampoco hay la infraestructura necesaria. A esto se le suma, en el caso de la cría local y familiar de peces para el consumo, la falta de agua en muchas zonas del país, la ausencia de pienso para la acuicultura y la información técnica para llevarla a cabo.
Desde Food Monitor Program denunciamos el desinterés gubernamental por resolver el problema del hambre en Cuba al dejar las soluciones en manos de la población, mientras existen crecientes inversiones en la industria hotelera y se olvida tácitamente la industria alimentaria. Afirmaciones de este tipo, que ubican la responsabilidad en el sector vulnerable y ausente de recursos ante un Estado desinteresado son una muestra más de la falacia de una Ley de Seguridad Alimentaria sin enfoque realista de las condiciones que sufren los cubanos.
Asimismo, alertamos sobre las posibles enfermedades de base asociadas a una alimentación deficiente y desequilibrada. Cubanos aún sufren secuelas de la epidemia de neuropatías por desnutrición en los años del Período Especial. También avisamos sobre las plagas y enfermedades derivadas por la falta de condiciones higiénico-sanitarias necesarias para la acuicultura, como puede ser el dengue, entre otras.
Por otra parte, exigimos a las autoridades cubanas que transparente el uso las donaciones recibidas de los diversos organismos internacionales para el desarrollo de la agricultura y la industria alimentaria en la Isla.