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Me siento defraudado

Ernesto reside en Santiago de Cuba, tiene 78 años y vive con su esposa, también adulto mayor. Subsiste con una jubilación de 1800 pesos, no tiene otros ingresos.

Entre niños y libélulas. 1.JPG

¿Qué consideraciones tiene sobre la canasta básica que recibe? ¿Por qué?

La canasta básica no cubre mis necesidades pues es muy poco lo que dan y ni siquiera es estable. Es una locura el grado de desorden que hay con la canasta básica. La calidad es regular, no es buena, pero se puede comer

¿Cómo es el cuidado y las atenciones que recibe de parte de miembros del hogar, en cuanto a alimentación?

Mi esposa cocina. Yo siembro el terrenito junto a mi casa y así colaboro. Yo sé cocinar, pero mi esposa lo hace mejor. La calidad de sus cuidados es muy buena y también la comida que me prepara.

 

¿Recibe algún tipo de apoyo o asistencia de vecinos o miembros de la comunidad? ¿Cómo lo describe?

Los vecinos nos tratamos de apoyar como podemos. Si la gallina de uno pone huevos te regala un huevo, si la mata de plátanos pare bien se te regala un fonguito para que completes un almuerzo.

 

La gente de campo somos así y tratamos de ayudarnos. Yo no recibo ninguna ayuda de parte del Estado. Antes tenía una dieta por diabético, de la que solo quedaba la leche en polvo, pero hace meses que no llega.

¿Cómo es normalmente su dieta diaria? (cuántas comidas realiza, composición)

 

Yo hago tres comidas. Desayuno, almuerzo y por la noche comemos alguito, normalmente una sopa o un ajiaco. El desayuno suele ser pan cuando hay pan, y si no una vianda hervida con atole o café, si hay. Aquí se da una semillita que le llamamos platanillo, la tostamos y la molemos, y con eso hacemos café porque sabe parecido.

Ahora como no hay azúcar endulzamos con miel. El almuerzo es la comida fuerte. Comemos un potaje con viadas, arroz cuando hay o harina. Algún que otro día se puede poner un huevo o carne de pollo o cerdo, pero como es escaso lo guardamos para el almuerzo del domingo. La cena es una sopita o un caldo de sustancia con viandas o algún pedazo de pan, si hay.

¿Qué sentimientos y emociones experimenta cuando piensa en su dieta diaria?

 

Yo me siento muy mal porque cada vez es menos lo que se puede comprar para comer. Se ha puesto todo muy difícil. A veces me enojo porque, aunque quiero hacer algo por mejorar la situación de mi familia ya los años y las condiciones no me lo permiten. Le doy gracias a Dios de que al menos podemos poner algo en la mesa.

¿Cómo se siente respecto a las políticas y decisiones del gobierno en materia de alimentación?

 

Me siento defraudado. Que no me toman en cuenta y que no les interesa mi situación. Yo de política no entiendo, pero lo que veo es que nada mejora y todo es para atrás. El agua no llega a la casa, hay que sacarla de un pozo. La electricidad se ha puesto mala, en la casa gracias a Dios tenemos el fogón de leña en el patio porque con la luz no se puede contar. Imagínate que antes nos daban 12 horas de electricidad al día y ahora solo seis.

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