top of page

¿Volveremos a los años 90?

09 de abril de 2024

L

L

a alimentación en Cuba en las últimas décadas ha pasado por 

diversas etapas, marcadas por la creatividad y la resiliencia de su gente. Durante los años 90, conocidos como el “Período Especial”, la caída del bloque soviético y el endurecimiento del embargo estadounidense llevaron a una crisis económica profunda que afectó directamente la disponibilidad de alimentos, así como al bienestar general. Los cubanos tuvieron que “inventar” con lo poco que tenían, dando lugar tanto a platillos estrafalarios como variadas formas de supervivencia las cuales reflejaban la escasez y la necesidad de adaptarse.

Durante los años más duros del Período Especial, la población cubana perdió peso debido a la falta de alimentos. A raíz de esa situación, comenzaron a aflorar en esos tiempos enfermedades como la neuropatía o la desnutrición, y las vitaminas llamadas Polivit y Multivit eran ingeridas para contrarrestar las secuelas que dejaba la incorrecta alimentación. Sin embargo, también hubo efectos positivos inesperados: disminuyeron las muertes por diabetes y enfermedades coronarias, como es lógico por la carencia de alimentos con gran cantidad de azúcar como dulces, y carnes rojas y fuertes en grasas. En un artículo de la redacción CiberCuba[1] afirma que un estudio entre 1990 y 1995 constató que la población cubana perdió una media de 5,5 kilogramos de peso.

Hoy, la situación alimentaria en Cuba sigue siendo un desafío. Aunque no se viven idénticas condiciones a las del Período Especial, la isla enfrenta dificultades debido a la baja producción nacional, la dependencia de las importaciones, las sanciones internacionales que limitan el comercio y la mala gestión gubernamental. La inflación y la devaluación de la moneda han hecho que incluso los productos básicos sean inaccesibles para muchos.

La pregunta angustiosa que surge en los cubanos es si se volverán a vivir tiempos como los de los años 90. Aunque la historia no se repite exactamente igual, las lecciones del pasado son claras: la necesidad agudiza el ingenio. Los cubanos han demostrado una y otra vez su capacidad, aplaudible pero igualmente digna de lástima, para adaptarse y superar adversidades. Sin embargo, el cansancio de repetir la historia es excesivo y las generaciones adultas miran de reojo al pasado.

 

Durante los años 90, los alimentos racionados a precios subsidiados por el Estado se redujeron drásticamente. La población cubana enfrentó muchas dificultades para acceder a una variedad de alimentos básicos. Esto también sucede actualmente. Podemos ver la crisis de harina que impide realizar el pan de la cuota básica, como también la crisis del combustible para despachar. También la reducción de las cantidades de insumos en la canasta básica es una realidad; ha disminuido el gramaje de los productos.

Las comparaciones son muchas, el año 2024 no dista mucho del año 1994. Crisis económica e inflación estratosférica de la moneda y crecida del valor de las divisas en el mercado informal. Se estima que el récord establecido en esa etapa fue de aproximadamente 120 pesos cubanos un dólar estadounidense; en la actualidad ese récord está cercano a triplicarse según señalan los datos de El Toque.[2]

 

Las constantes problemáticas con el combustible y por ende los apagones, fueron tan molestos en la década de 1990 como en la actualidad. Asimismo, el éxodo masivo de los últimos años supera lo vivido hace treinta. También existe una crecida en la violencia y la delincuencia. La diferencia es que la sociedad cubana actual no pretende romantizar la miseria que vive. Eso se refleja en los diversos estallidos sociales y protestas en los últimos tres años a lo largo y ancho del país: fenómeno impensado para muchos en el Período Especial, aunque el llamado “Maleconazo” fue un hecho remarcable en el verano de 1994, siendo otra similitud.

 

El diario ABC Internacional en 2019 ya auguraba el parentesco afirmando[3]:

“La no conclusión de los programas inversionistas, el desvío o subutilización de recursos del Estado destinados a obras económicas y sociales, la imposibilidad de concluir el período de «rectificación de errores y tendencias negativas», los pobres resultados en determinados indicadores económicos vinculados a la agricultura, industria, producción nacional, el comercio interior y de exportación fueron los primeros síntomas de una crisis económica y financiera. Esos mismos síntomas que se perciben en el actual panorama que atraviesa la isla.”

 

La situación alimentaria en Cuba ha sido un reflejo de su historia económica y social. Durante los años 90, el “Período Especial” trajo consigo una escasez que obligó a las familias cubanas a ser extremadamente creativas con su comida. Los platos de esa época, algunos reales y otros ficticios, se han convertido en parte del imaginario colectivo de la nación.

Durante el Período Especial en Cuba, la escasez de alimentos y la crisis económica obligaron a los cubanos a buscar alternativas creativas para sobrevivir. Las recetas improvisadas, como la compota de arroz y plátano burro maduro, el pan de boniato, el jugo de pepino, la pizza de calabaza y el picadillo de cáscara de plátano, reflejan la crisis del pueblo cubano en un momento extremadamente critico de nuestra historia. Como mismo existen relatos sobre personas que comían carne de gato, debido a la crisis y otras historias parecidas que uno puede dudar si son o no realidad.

Estos platos, aunque nacidos de la necesidad, son testimonio de una realidad que el pueblo cubano no desea repetir, pero el futuro a corto y mediano plazo, es incierto. La inseguridad alimentaria y el empobrecimiento de la sociedad han vuelto a incitar la inventiva del cubano, que es sinónimo de miseria y no de ingenio, como muchas veces se analiza. Se pueden ver postales que afirman esto: madres que dan de merendar un vaso con agua y azúcar. Familias que aprovechan todo de los alimentos, hasta fríen las cascaras de las papas como aperitivos. Reducen un caldo de pollo hasta lo máximo posible para que dure en varias comidas.

La situación es compleja. A la pregunta de si volveremos a los 90, la respuesta posiblemente sería que no; la realidad actual es tan distinta como más compleja. La mentalidad y fuerza de los cubanos de resistir se ha desvencijado. En el Periodo Especial existía menos globalización, y menos acceso al mundo, las cosas no son nada parecidas en cuento a ello. Pero la historia tiende a repetirse, si la gente permanece estática.

[1] Redacción CiberCuba (2018) Los 10 alimentos típicos del Periodo Especial. Disponible en: https://www.cibercuba.com/lecturas/2018-01-17-u1-e186450-s32479-10-alimentos-tipicos-periodo-especial-cuba

[2] Redacción de El Toque, Tasa de cambio de moneda en Cuba hoy. Disponible en: https://eltoque.com/tasas-de-cambio-de-moneda-en-cuba-hoy

[3] Rodriguez, Jorge Enrique. (2019) El «Período Especial»: cuando en la Cuba de Castro se comían gatos y bebía agua con azúcar. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-periodo-especial-cuando-cuba-castro-comian-gatos-y-bebia-agua-azucar-201909130314_noticia.html

bottom of page