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Testimonios sobre casos de vulnerabilidad despues del paso del huracan IAN

05 de octubre  de 2022

Consolación del Sur , Pinar del Río. 

Aloida Rodríguez ,  tiene 65 años de edad, es cuidadora de una persona encamada de 78 años de edad , sufrió pérdidas parciales en su vivienda, perdió una parte del techo de fibrocemento y una pared de la cocina se le derrumbó, causando estragos en las ollas eléctricas y el refrigerador. Pasadas más de 100 horas del huracán ninguna de las instituciones u organizaciones de masas pasó por su casa a preocuparse de su situación , gracias a la ayuda de algunos vecinos que tienen planta eléctrica  y conocen su situación pudo conservar lo más importante que tenía en el refrigerador, ‘no es mucho, pero es lo poco que tengo’ . 

La falta de electricidad afecta el abastecimiento de agua , y supone el cambio de rutinas elementales para el desarrollo psíquico de su esposo. “Estos días lo han desorientado totalmente, apenas me conoce, grita por la oscuridad y se hace sus necesidades encima”. Señala Aloida, que lleva acumulando sábanas con orina  y ropa sucia por una semana .

La calidad de vida de ambos ,disminuye notablemente, la falta de horas de sueño de calidad y descanso , la preocupación por cómo arreglar lo que se derrumbó o recuperar algunas de las cosas imprescindibles que perdieron ocupan su presente y le producen un agobio del cual no sabe si saldrá. 

Sus hijos , como la mayoría de los jóvenes de su pueblo, han abandonado recientemente el país , por Nicaragua, no están en condiciones de ayudarla todavía . “El panorama es desolador, siento que vivo en un país en guerra , por la destrucción y la desesperanza”.

Artemisa

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La provincia Artemisa no fue la más afectada por el paso del huracán, sin embargo se contabilizan alrededor de 6898 viviendas afectadas (de manera oficial , es posible que en la práctica existan más ) , la mayoría de los daños en los techos. 

Los municipios de Bahía Honda, 

Candelaria y San Cristóbal fueron los más sacudidos por el viento, sobre todo en las zonas rurales donde los campesinos además de casas, perdieron buena parte de sus cosechas . 

La comunidad de El Brujo, ubicada en los límites de estos tres municipios es uno de los puntos que quedó incomunicado , las carreteras que conducen al lugar quedaron cubiertas por los árboles y derrumbes de tierra , al ser una zona rural no es prioridad para las brigadas de mantenimiento por lo que los propios campesinos han debido limpiarlas y esperan el restablecimiento del transporte público para poder ir a la ciudad y abastecerse con servicios básicos. En la comunidad residen madres con hijos pequeños y personas de avanzada edad desprovistos de cualquier servicio médico,  en caso de urgencias deben trasladarse al policlínico más cercano ubicado a más de 25km por sus propios medios , no existe servicio de telefonía móvil o fija. El restablecimiento de electricidad en la zona tampoco es prioritario, habrá que esperar a que terminen los trabajos de recuperación en las ciudades. 

Candelaria

Villa miseria es un barrio ubicado en los arrabales del municipio, el asentamiento es conocido popularmente por los ‘llega y pon’ personas que vienen desde otras zonas del país y construyen sus viviendas con esfuerzo propio , la mayoría de maderas y lo que puedan encontrar. Suelen ser barrios marginales con extrema pobreza. Los destrozos en la zona son ampliamente visibles.

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“Dulce y aguacates, eso hemos comido durante estos días, mamá hizo mermelada las guayabas que los vientos tumbaron de las matas, con eso nos matamos el hambre” Nos cuenta Roberto, joven de 14 años residente en la localidad .“Los aguacates se han madurado todos a la vez , así que también nos sirven para apaciguar  el

hambre y acompañar con el arroz , blanco”. 

Su madre se preocupa por conseguir algo para tapar una parte del techo y resguardar lo que les quedó de sus pertenencias . Colchones al sol, ropas colgando de alambres , juguetes y recuerdos familiares expuestos a la vista de todos , reciben a las pocas personas que se asoman al lugar .

 

“Me preocupa el inicio del curso escolar anunciado para este lunes  , mis hijos no tienen que desayunar , ni llevar de merienda , si la escasez era grande antes del huracán , ahora lo es mucho más”. 

Después del paso del huracán y el colapso del sistema energético nacional , qué dejó al país a oscuras en  el municipio de Artemisa solo se ha podido restablecido un 47% del servicio eléctrico, según fuentes oficiales. La población se las arregla para conservar los pocos alimentos que tienen , algunos coinciden en que están viviendo ‘al diario’ y aunque saben de las protestas de los últimos días , hay lugares en los que las personas sólo se conforman e intentan sobrevivir hasta que se pueda. 

“Cocinar , sólo es posible  con leña y carbón quién pueda comprarlo, el saco ya está a 500 pesos cubanos”

Candelaria no cuenta con el servicio de  gas manufacturado , solo algunas personas tienen contratos para cilindros , son mínimas y  muchas veces tienen que ir a buscarlo hasta la cabecera de provincia, la ciudad de Artemisa. 

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“Aquí compramos las balitas (cilindros)  de gas en  el mercado negro , el precio , oscila entre los mil , o mil quinientos pesos , aunque aumenta cada día con el déficit qué hay”.

 

Desde hace algún tiempo el estado habilitó puntos de ventas de carbón y leña , debido a las 

largas horas de apagones y las dificultades de las personas para cocinar los alimentos de consumo diario. Esta vez, además vendió paquetes de  salchichas  que tenían disponibles en las tiendas de Moneda libremente convertible(MLC) en moneda nacional, para un número reducido de personas consideradas vulnerables.


“Fuera de eso no hemos tenido otras ‘ayudas’ aunque si un montón de promesas”.


Maritza, además Roberto, tiene otros dos hijos, de seis y ocho años. Trabaja como cuentapropista y es la encargada de proveer a sus hijos de todas sus necesidades. 

Hace unos meses se mudó al pueblo y con ayuda de sus hermanos construyó su casita, entre otras dificultades todavía no ha podido inscribirla en el registro de la propiedad, por lo que tampoco cuenta con libreta de abastecimiento donde reside. Cada semana viaja hasta cayajabos, otro pueblo a las afueras de la provincia, para traer la leche fluida que reciben sus niños, el mal tiempo, los problemas de electricidad y falta de transporte dificultan el almacenamiento y conservación de la leche. A raíz del huracán el gobierno decidió otorgar 100 gramos de leche en polvo por niño cada dos días, “No te venden la de la semana completa, por lo que no alcanza y obligatoriamente cada dos días debo destinar tiempo y dinero para buscar la leche”. 

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