La crisis silenciosa
01 de febrero de 2024
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pesar de los múltiples esfuerzos de diversas organizaciones
de la sociedad civil independiente, medios de comunicación y activistas políticos, la crisis en materia de seguridad alimentaria y derechos humanos que vive Cuba parece ser silenciosa. El silencio frente a esta crisis se debe, en parte, a que es crónica. Las fallas sistemáticas de las políticas y regulaciones legislativas en materia de alimentación solo agravan una situación deteriorada particularmente desde el inicio del Período Especial.
En este mar de silencio, de complicidad activa de algunos elementos de la comunidad internacional, acaso por culpa de la desidia de la multiplicidad de tomadores de decisión, las voces de diarios independientes como Diario de Cuba, Cibercuba, 14ymedio, El Toque y Havana Times, entre otros, permiten obtener una perspectiva de las luchas y los desafíos que enfrenta la ciudadanía cubana. Sin embargo, estos esfuerzos encuentran pocos espacios de réplica en el escenario internacional. Poco a poco, con la ayuda de organizaciones de la sociedad civil, dentro y fuera de la Isla, se llega a la plataforma mundial para poder evidenciar esta silenciosa y grave situación de vulnerabilidad. El camino es cuesta arriba y con la carga en frente.
Además de las limitaciones a los derechos políticos fundamentales, aquellos que cualquier persona que ha vivido en contextos democráticos da por sentado, el derecho a la alimentación, que incluye la nutrición adecuada y que es una condición fundamental para poder vivir, y vivir bien, es en reiteradas ocasiones violentado. En una nota del pasado 28 de enero, publicada por 14ymedio, se relata la crisis de los pescadores de Manzanillo, que ofrecen un alimento esencial para las mesas de la ciudadanía cubana y que el Estado compra a un peso cubano la libra.
Para que esto sea claro: 1 peso cubano (CUP), al cambio oficial, corresponde a USD 0.45; sin embargo, la tasa de cambio real, que El Toque actualiza a diario, refleja que 1 USD corresponde a 285 CUP. Esto quiere decir que, al cambio real, 1 CUP equivale a USD 0.003. En el último año (enero 2023-enero 2024), el CUP se ha devaluado, aproximadamente, en 75%.
En un informe realizado por Food Monitor Program sobre el precio de comer en Cuba, un litro de leche puede valer, en tiendas miPymes o en el mercado negro, entre 1 500 y 2 500 CUP. Esto quiere decir que, solamente para comprar un litro de leche, habría que vender cerca de una tonelada de pescado: 225 kg de pescado equivaldrían a una libra de frijol, 648 kg de pescado a una libra de café y cerca de 300 kg de pescado a 10 huevos.
Esto no tiene en cuenta la escasez de los productos anteriores. Finalizando el año 2023, hubo escasez de arroz y de azúcar, alimentos esenciales para las mesas cubanas. La consecuencia es un alza en los precios, sobre todo en las mipymes y el mercado negro.
En perspectiva, un pescador debe vender entre 2 y 4 toneladas de pescado al Estado para poder comer un mes.
Los esfuerzos —si se le puede llamar así—, que ha hecho el gobierno cubano para mitigar esta crisis alimentaria parecen apuntar hacia la dirección opuesta. En diciembre del año pasado, el gobierno cubano admitió el fracaso de la Tarea de Ordenamiento e hizo un llamado a un nuevo plan de Estabilización Macroeconómica. Las medidas que ha venido adoptando desde la pandemia de la covid-19, si algo han hecho, es agravar la situación de la crisis alimentaria.
Credito: Margarita Fresco
En un video publicado por Diario de Cuba se relata la historia de Nereida Padilla Escalante, damnificada del ciclón Sandy. En su caso particular, la viuda recibe 1 070 CUP de pensión y no tiene quien le ayude. Vive en una casa hecha con palos y bolsas. A duras penas tiene para comer. El caso de Nereida es uno de muchos de los casos de alimentación de población adulta mayor que no cuentan con el apoyo del Estado para tener un medio de subsistencia digno.
La crisis alimentaria no solo afecta la producción y distribución de alimentos en la Isla. A ella se suman las andanadas de represión del gobierno cubano sobre la ciudadanía.
Un informe presentado en diciembre de 2023 por Cubalex indica que, solo en ese mes, se reportaron 357 eventos de represión en la Isla. En el Día Internacional de los Derechos Humanos, hubo 70 cortes selectivos de internet y teléfono móvil a personas que el régimen considera “elementos peligrosos”. En el mismo mes, el gobierno publicó una lista quienes engloba como “terroristas”, tanto fuera como dentro del país. Muchos de los nombres incluidos en ese documento oficial son personas opositoras, activistas y periodistas independientes. Vale recordar que la mayoría de estos medios independientes hacen sus reportajes bajo los acosos y persecuciones del gobierno cubano.
Los hechos de inseguridad alimentaria no son, simplemente, hechos materiales causados por la situación de embargo a la Isla. Son hechos que pudieran ser contrarrestados desde una arista de liberalización política y económica. Cuba cuenta con los recursos físicos y geográficos para el desarrollo de un ecosistema alimentario bastante decente, siempre y cuando el aparato estatal no acapare toda la cadena de valor de la mayoría de los productos. Esto es, una “soberanía alimentaria popular” resignificada: que la ciudadanía pueda decidir qué producir, cómo producir, cuánto cobrar por sus productos y qué comer sin el entrometimiento del Estado, que lo único que ha hecho es agravar la situación de toda la población.
A manera de coda, un video en Instagram, subido por @emmanuelrincon_, en consonancia con la tendencia mundial de publicar qué se desayuna en diferentes países, muestra la situación de Cuba en una experiencia particular: una cubana publicó un desayuno y la atacaron en los comentarios por tener tomate y sal. Si esto no es muestra de una crisis generalizada, no sé qué pueda serlo.
Hay una luz, tenue, intermitente, que escasamente brilla con suficiente fulgor para que la comunidad internacional ponga sus ojos ante la situación de crisis en Cuba. El último gran resplandor fue el 11J, con el alto precio de la libertad de muchos jóvenes.
Hago aquí la invitación a seguir a los medios independientes cubanos a los que les rendimos un homenaje mensualmente por medio del Radar Alimentario de Food Monitor Program.