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La abundancia de la escasez

04 de enero de 2022

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precariedad para la población cubana. Para el 31 de diciembre del año pasado, el gobierno repartió ron y cigarros para toda la población, asumiendo que el ron y los cigarros paliarían la situación de descontento. El gobierno no tuvo en cuenta que parte importante de la población, no solo los niños y las madres gestantes, no consume ni ron ni cigarros, bien sea porque no forman parte de su hábitos de consumo, o porque sencillamente los productos son de mala calidad.

Estas cortesías estatales, obtenidas en bodega por medio de la Libreta, se revendían a más de cinco veces el valor establecido por el régimen. La semana pasada, medios independientes denunciaron las multas impuestas a la ciudadanía que quiso revender productos que no consumía para poder complementar una frágil canasta básica, carente de huevos y de leche, pero llena de cigarrillos y de ron de mala calidad.

El año 2021 será recordado como uno de los más difíciles para la ciudadanía cubana en términos de consumo, después del Periodo Especial. Los ingresos del turismo y las remesas se vieron fuertemente afectados por el recrudecimiento de algunas de las medidas del embargo, de las medidas sanitarias para paliar la pandemia y, sobre todo, del espectacular fracaso de la gestión administrativa del régimen, que a partir de la implementación de la Tarea de Ordenamiento a inicios de ese año, donde además de no impulsar la producción interna, unificar el peso cubano con el CUC, impulsar la MLC y desconocer la situación del mercado internacional, no pudo cumplir con la cuota de importación y no implementó las medidas suficientes para mantener o aumentar la producción interna. La crisis económica de Cuba y la escasez de bienes se debe en gran medida a esta implementación, que además tuvo la mala suerte de coincidir con el alza de los precios internacionales de los bienes de consumo y una espiral de precios que se disparó y que alejó del alcance muchos alimentos que se obtenían en moneda extranjera.

Para la muestra, un botón: los niveles de pesca -afirmaron funcionarios de gobierno- no volverían a ser los de hace tres décadas. Las leyes de pesca de 1996 y la más reciente de 2020 siguen sin contar con las herramientas necesarias para poder llevar pescado a las mesas de los cubanos. ¿Cómo es posible que en una isla, que cuenta no solo con mar sino con importantes fuentes fluviales, no sea fácil procurarse pescado? ¿cómo se explica que haya una sobreexplotación de recursos pesqueros en la isla, pero haya escasez de este alimento? Según fuentes oficiales, el consumo anual per cápita de pescado era de 16 kg; hoy en día apenas alcanza a 3.8 kg. En resumidas cuentas, siguiendo los datos oficiales, cada persona en Cuba come cerca de 300 gr de pescado al mes.

El pronóstico de este año no es mejor que el de 2021: Iniciando el 2022, siguen faltando los alimentos esenciales y aumentan los precios de insumos tales como la carne de res, el cerdo, el arroz, la leche, la mantequilla y los fríjoles. La preocupación entre la población es generalizada: algunas personas buscan soluciones por medio de los rituales de “darle de comer a la tierra” de los Santeros, mientras otros preparan movilizaciones sociales que hagan eco a los gritos de “tenemos hambre” y “libertad” de las manifestaciones del 11J. A esto se suma la masiva migración de muchos de los disidentes políticos que se han visto forzados a salir del país por las presiones a las que les ha sometido el régimen político.

El panorama de crisis económica en Cuba y la consecuente crisis alimentaria será uno de los mayores retos a enfrentar para el año presente. La caída del 13% del Producto Interno Bruto durante el 2020 y el 2021, así como la reducción en temas de turismo serán unos lastres importantes que harán mella en el abastecimiento de alimentos. Por ahora, la cubana de a pie seguirá teniendo que buscar cambiar ron y cigarros por bienes de primera necesidad.

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l año 2021 ha terminado con una situación de extrema 

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