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Industria Pesquera Cubana: historia y derribo

14 de noviembre de 2023

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Por qué no hay pescado en la mesa de los cubanos? Un 

 comentario frecuente sobre la crítica situación alimentaria que atraviesa la Isla es la práctica desaparición del pescado de mar en la dieta cubana. Aún en la mayoría de los poblados costeros se puede conseguir este alimento con relativa facilidad; pero, para la mayoría de los cubanos, esta tarea se convierte en un imposible debido a su alto precio en el mercado negro o en los restaurantes y lugares turísticos.

Con ironía, hoy el cubano de a pie se cuestiona por qué en esta isla no hay peces para comer. Las generaciones pasadas aún tienen en el recuerdo las raciones de pescado que le llegaban mensualmente por la libreta. Pero, con el tiempo, especialmente agravada tras el paso del Período Especial, la situación fue empeorando hasta el punto que, a mediados de los años 90, ya era parte del recuerdo para todo el país con excepción de La Habana. ¿Qué sucedió entonces?

Entre 1976 y 1992, Cuba contaba con una flota pesquera de 114 embarcaciones para la pesca de altura (a más de 200 millas), distribuidos en atuneros rusos del tipo tropical, buques arrastreros españoles y buques fábricas de la antigua República Democrática Alemana (RDA). Esta flota era capaz de aportar al país un promedio de 100 000 toneladas anuales de pescado.[1]

Un ingeniero naval retirado nos confirma que, a partir de 1992 y de manera gradual, la flota fue paralizando su actividad, principalmente, ante la falta de piezas para sus reparaciones. Ante este problema, una de las soluciones fue parte de su venta como chatarra en diferentes partes del mundo.

A la par, otras embarcaciones fueron tomadas prisioneras y decomisadas en varios países como pago de las deudas contraídas por el Gobierno y de las que nunca se habló en la prensa nacional, independientemente de que en la extranjera sí se informaba sobre los ocasionales juegos al gato y al ratón de las embarcaciones cubanas en puertos internacionales para evadir los decomisos.[2] Por último, algunos de los barcos restantes fueron entregados a la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR) y convertidos en patrulleros. De esta manera, para 2002, ya no quedaban buques en la flota pesquera de altamar.[3]

Es cierto que la caída de la antigua Unión Soviética ocasionó diversas dificultades a la flota pesquera. En opinión del ingeniero naval, cuyo nombre no compartimos por motivos de seguridad, estos no fueron los únicos responsables de su deterioro y desaparición. El resultado de un grupo de acciones desacertadas por parte de la alta dirección del país tuvo una carga importante en su colapso. A día de hoy, no sabemos en cuánto se vendieron las embarcaciones que ya no se utilizarían ni a dónde fue a parar el dinero obtenido. Incluso, queda la pregunta de por qué ese dinero no se aprovechó para reponerla, al menos en parte.

La situación actual de acceso a peces marinos por la población es muy negativa. Según datos del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), el consumo de pescado del cubano ha caído de 18 kilogramos como promedio anual hace unas décadas hasta los cerca de 3.8 kilogramos anuales que informaron fuentes oficiales para 2022.[4]

Pero, ante esto, ¿existe algún plan para recuperar la industria pesquera cubana y traer el pescado a la mesa de los cubanos? La respuesta es que no se vislumbra nada concreto más allá de medidas aisladas, insuficientes y desprovistas de lógica. Basta para comprobarlo ver el reclamo constante y cada vez mayor de los cubanos respecto a la necesidad de acceso a productos marítimos.

Para empezar a hacer bien las cosas, se debería implementar un plan nacional y una voluntad política que permitan la recuperación de la flota pesquera de altamar, usando todos los ingresos obtenidos de las exportaciones de los productos del mar en su reparación y sostenimiento.

Cuba obtiene ingresos anuales por exportación de productos del mar, los cuales no son nada desdeñables. Por ejemplo, en 2019 reportaron más de 82 millones de dólares a partir de exportaciones de la empresa Caribex.[5] Entre los principales mercados de destino se encuentran España, China y Canadá e incluyen productos como langostas, camarones, túnidos, angulas, esponjas, pepinos de mar, ostiones y cobos.[6]

Con estas ganancias no parece descabellado reinvertir en mejorar de a poco la flota pesquera de altura; pero esto no es lo que sucede. Hoy las actividades pesqueras cubanas se limitan casi exclusivamente a las aguas de la plataforma insular. Estas, aunque dan beneficios a corto plazo, no son capaces por sí solas de proveer de pescado a los 11 millones de habitantes de la Isla. Además, debido a la sobreexplotación y a sus características geográficas, cada vez la disponibilidad de peces es menor.

La lógica detrás de los directivos de esta industria es maximizar las exportaciones y no invertir en embarcaciones para la pesca de altura. También se les debe sumar el dictar decretos leyes represivos, cultivar peces de agua dulce y justificar el colapso de dicha industria con la caída de la antigua Unión Soviética y el férreo bloqueo de Estados Unidos. Lo que trae como consecuencia que, a corto y mediano plazos, no haya pronósticos positivos para volver a traer el pescado de mar a la mesa de los cubanos.

En los últimos años, la falta de pescado en la mesa de los cubanos ha sido tocado en diferentes trabajos periodísticos de los medios nacionales. Lejos de aclarar, las fuentes consultadas han transmitido la incertidumbre propia de quienes no tienen o no pueden solucionar el problema. Como diría Ariel Padrón Valdés, director de Regulaciones Pesqueras y Ciencias del Ministerio de la Industria Alimentaria en una entrevista para Cubadebate en 2021: “[…] no quiero crear falsas expectativas, pero la población debe saber que el Ministerio de la Industria Alimentaria, no está de brazos cruzados, batallamos con esfuerzo e inteligencia para que haya pescado en la mesa del cubano”.[7]

Si realmente no están de brazos cruzados, ¿por qué pasan los años y continúa sin solución el problema? Aquí cabría destacar la acuciante falta de transparencia y dejadez de la dirección del país, incapaz de remover de sus puestos a aquellos que han fracasado en resolver esta cuestión.

Uno de los ejemplos más recientes de la falta de voluntad política para echar a andar esta industria lo encontramos en las declaraciones de la viceministra de la Industria Alimentaria, Mydalis Naranjo Blanco, quien afirmó pocos meses atrás que los mares que rodean a Cuba no tienen los peces suficientes que necesitan consumir los cubanos.[8]

Según datos oficiales del Gobierno, en 2018, 5,2% de los recursos pesqueros del país se encontraban colapsados; 20,2%, totalmente explotados; y 74.4%, sobreexplotados.[9] Con estos números, teniendo en cuenta el monopolio que ejerce el Estado sobre los medios de producción, cabe preguntarse varias cosas. ¿Quién sobreexplotó los recursos marítimos de nuestra plataforma? ¿De quién son las industrias que tributan contaminantes al fondo marino? ¿Qué acciones se han acometido con tiempo suficiente y dónde están los estudios marinos realizados de forma oportuna, para no haber llegado a tan lamentable situación?

Todas estas preguntas siguen sin respuesta oficial; incluso en el programa televisivo donde Naranjo Blanco hizo estas declaraciones, ningún presentador se las realizó en persona. No basta con enumerar las dificultades que atraviesa el país. Es necesario asumir responsabilidades y dar vía libre a nuevas ideas que traigan cambios positivos y no más quimeras. Como señala Diario de Cuba, para la viceministra: “el incremento de la disponibilidad de pescado en Cuba depende de los programas de cría en agua dulce, cosa que también se ha visto obstaculizada por la falta de piensos para alimentar a los peces”.

En resumen, más excusas camufladas como soluciones que no llevan a nada, mientras en la mesa de los cubanos seguirá faltando el pescado.

[1] Yudith Castro: “Si me pides el ‘pesca’o’, ¿te lo doy?”, en https://www.granma.cu/cuba/2014-07-31/si-me-pides-el-pescao-te-lo-doy?page=4#:~:text=En%201986%2C%20por%20solo%20poner,y%20pesca%20aproximadamente%20200%20toneladas.

[2] https://digital.march.es/fedora/objects/linz:R-10838/datastreams/OBJ/content.

[3] Juan Carlos Díaz: “Del mar y los barcos”, en https://delamarylosbarcos.wordpress.com/tag/flota-cubana-de-pesca.

[4] Susana Tesoro: “La ruta del pescado busca la luz y solo ve el túnel”, en http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/12/30/la-ruta-del-pescado-busca-la-luz-y-solo-ve-el-tunel/.

[5] https://adncuba.com/noticias-de-cuba/actualidad/regimen-exporta-pescado-el-pueblo-sin-pan.

[6] DDC: “Los cubanos seguirán sin comer pescado: la Ley de Pesca no se redactó con ese objetivo, dice el Gobierno”, en https://diariodecuba.com/cuba/1640962086_36516.html.

[7] Susana Tesoro: ob. cit.

[8] DDC (2023) 'Nuestras aguas no tienen peces', así justifica el régimen la ausencia de pescado en Cuba. Disponible:

https://diariodecuba.com/cuba/1687456515_48022.html

[9] Olivia Marín (2023) ¿Por qué no hay pescado en Cuba? Disponible en:

https://periodismodebarrio.org/2023/05/por-que-no-hay-pescado-en-cuba/

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