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Cuba: un archipiélago sin agua

19 de septiembre de 2023

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 tono con la Cumbre del G77 más China que se celebra en 

en Cuba en estos días, cabe recordar la declaración de la viceprimera ministra Inés Chapman en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua celebrada en Nueva York este marzo: “El agua es fundamental para lograr la erradicación de la pobreza y el hambre e indispensable para el desarrollo humano, la salud y el bienestar. Es por ello que constituye un elemento esencial para alcanzar los ODS y otros objetivos relevantes en los ámbitos social, medioambiental y económico”.[1]

En contraste con estas palabras muy ciertas, los vecinos de la hoy engalanada Avenida de Rancho Boyeros sufren una escasez de agua que se ha prolongado durante años. Solo una muestra de la situación hídrica que atraviesa el país.

 

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En medio de lo que la NASA clasificó como el verano “más caluroso para la Tierra desde que se establecieron registros mundiales de temperaturas en 1880”,[2] la población cubana se enfrenta a un problema crítico con el acceso al agua en sus viviendas. No se trata de una problemática reciente, hace apenas un año Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), daba parte al Canal Caribe sobre una fuerte sequía que afectó a más de 400 000 personas en la isla.[3]

El tema de la escasez y mala calidad del agua en Cuba se extiende a lo largo de los años desde los primeros sistemas de acueductos en el territorio. Esto es comprensible si observamos que Cuba se encuentra muy cerca de la línea del Ecuador, en lo que se conoce como Cinturón de los Desiertos. Esta franja geográfica, que abarca la línea del Ecuador, se caracteriza por tener las condiciones climáticas idóneas para que se desarrollen grandes desiertos, caso del que se exenta Cuba solo por su condición de archipiélago. Sin embargo, la poca superficie insular nos presenta otros problemas: pocas reservas de agua dulce agravada por un manto freático descendente y la lluvia como única fuente natural de agua y ríos que, por lo regular, son pequeños y con poco caudal.

A todas estas condiciones naturales se suma la urbanización —muchas veces descontrolada—, que exige mayores cantidades del recurso y, al mismo tiempo, obstaculiza el correcto drenaje de los suelos, sin hablar de la contaminación. Por último, más de 80% del agua que se sirve es a través del bombeo con electricidad; situación que se complica por el descendente manto freático y la carencia de combustible y recursos que también sufre el país.[4]

En algunas partes del país, sobre todo construidas antes de los años 60, como el centro de la ciudad de Holguín, el sistema de acueducto es antiguo y está deteriorado, por lo que, incluso purificando correctamente el agua, no llega limpia a los hogares. La ciudad está asentada en un llano entre lomas, debido a lo cual las precipitaciones causan turbiedad frecuentemente en las aguas colectadas en los embalses del municipio, como explicó al semanario local Fernando Zaldívar González, director de la Empresa de Acueductos del territorio: “La causa de la inestabilidad aquí está en la turbiedad de las aguas por las lluvias. No ha sido posible contrarrestar la viscosidad con la aplicación de sulfatos y se procede a paralizar el sistema por la mala calidad del agua”.[5]

Ante la necesidad de acceso al agua, en muchos lugares la población ha optado por conectarse de forma ilegal e irresponsable al ya maltratado sistema de acueducto, causando aún más derrames, roturas, encharcamientos y escasez. Se ha convertido en un problema de carácter sociocultural bien complejo de solucionar y, al mismo tiempo, de urgencia vital. Por otra parte, las fosas de desechos clandestinas y el desinterés agudizado por años de abandono a lo que “es de todos” crea focos de basura que ayuda a la proliferación de enfermedades y vectores peligrosos en estos comunes salideros locales.

Aunque esto puede ser comprensible, son pocos los resultados percibidos por quienes sufren con mayor rudeza el insuficiente abasto y cuestionable calidad. Entretanto, Aguas de la Habana explica a Cubadebate que se hacen reparaciones, pero son insuficientes: “No contamos con los materiales necesarios para la reparación, muchos de los equipos restaurados se encuentran trabajando con baja eficiencia, lo que se traduce en limitaciones al servicio que recibe nuestra población”.[6]

Sin embargo, en el mismo medio oficial se explica que el turismo fue sector priorizado en las inversiones de recursos hidráulicos durante 2018.[7] Por ejemplo, como ilustra el periódico Granma,[8] solo para abastecer el polo turístico del Ramón de Antilla se desplegó una increíble mano de obra y recursos que, afortunadamente, favorecieron también a las poblaciones cercanas que hacía mucho tiempo se quejaban de problemas graves con el abastecimiento de agua.  

No es así la suerte de la mayoría de población cubana. Además, la poca agua que hoy llega a los hogares promedio de Cuba tiene un alto nivel de mineralización, impurezas y otras condiciones que la hacen inadecuada para el consumo humano. Ante esta situación y la poca disponibilidad de recursos para sanearla, muchas familias recurren al tradicional hervido, la decantación e incluso el uso de cloro en pequeñas dosis.

Aunque se busquen medidas como estas, lo cierto es que no son soluciones a largo plazo para la potabilización ni la cantidad es suficiente para hacer sostenible la vida, mucho menos el “desarrollo humano, la salud y el bienestar” al que se refieren ante el mundo los representantes del país.

Queremos creer a la prensa oficial que “se hacen esfuerzos” y “se trabaja incansablemente” por resolver los graves problemas de abastecimiento y calidad hídrica que enfrenta el país, como establece el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.[9] Esperamos que el sistema hidráulico abastezca con dignidad a la cada vez más mermada población cubana y compartimos el sufrimiento de un pueblo que hoy clama por un derecho tan básico como es el acceso al agua.

 

[1]Inés Champman: “Cuba en la ONU: ‘El agua es fundamental para erradicar la pobreza’”, en http://www.cubadebate.cu/especiales/2023/03/23/cuba-en-la-onu-el-agua-es-fundamental-para-erradicar-la-pobreza/.

[2] https://www.nasa.gov/press-release/el-verano-de-2023-es-el-mas-caluroso-en-el-registro.

[3] https://www.youtube.com/watch?v=OjI_xz1ptUU.

[4] Julio Batista: “La crisis del agua en Cuba, explicada”, en https://periodismodebarrio.org/2016/06/la-crisis-del-agua-en-cuba-explicada/.

[5] Maribel Flamand: “El dilema cíclico en la distribución del agua”, en http://www.ahora.cu/es/holguin/17074-el-dilema-ciclico-en-la-distribucion-del-agua#:~:text=El%20territorio%20cuenta%20con%20tres%20sistemas%20para%20abasto%3A,por%20el%20embalse%20G%C3%BCirabo%20y%20la%20planta%20Pedernales.

[6] http://www.cubadebate.cu/noticias/2023/07/16/avanzan-labores-de-restablecimiento-de-abasto-de-agua-en-la-habana/.

[7] Lisandra Romeo: “Rehabilitación de sistemas de acueducto sigue entre las prioridades del sector hidráulico en Cuba”, http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/12/12/rehabilitacion-de-sistemas-de-acueducto-sigue-entre-las-prioridades-del-sector-hidraulico-en-cuba/.

[8] Germán Veloz: “Nuevas obras hidráulicas garantizarán el abasto de agua a la población de Antilla y al polo turístico en desarrollo en esa zona”, en https://www.granma.cu/file/pdf/2019/03/26/G_2019032608.pdf.

[9] Disponible en:

https://repositorio.4metrica.org/bitstream/handle/001/186/Informe%20No.6_FMP_compressed.pdf?sequence=1&isAllowed=y [Acceso: 16 septiembre 2023]

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