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Círculos infantiles privados en Cuba: ¿Se protege la alimentación de los niños fuera de casa?

16 de enero de 2024

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n Cuba, los círculos infantiles privados o guarderías privadas,

a menudo referidas como “cuidos”, han emergido como una opción para los padres que trabajan, debido a la escasez de espacios en las guarderías estatales, y también por elección personal de los propios padres. No obstante, estas instituciones privadas enfrentan retos considerables, particularmente en lo que respecta a la comida que se les ofrece a los niños y a los costos. 

 

Los círculos infantiles son instituciones educativas que atienden a niños y niñas en edades previas a la educación preescolar, ofreciéndoles cuidado, alimentación y estimulación temprana, mientras los padres trabajan. En Cuba, existen dos tipos de círculos infantiles: los estatales y los privados. Los primeros son gratuitos y dependen del Ministerio de Educación (MINED), mientras que los segundos son de pago y funcionan bajo la modalidad de trabajo por cuenta propia.

Los círculos infantiles privados son una opción válida y muchas veces necesaria para las familias cubanas que requieren de un servicio de cuidado y educación para sus hijos pequeños. Esta variante ha ganado popularidad y muchos padres la prefieren por encima del clásico círculo infantil estatal, afirmando que en estos la alimentación es pésima y la infraestructura cada vez más decadente. El gobierno es el encargado del buen funcionamiento de estos centros, pero, como muchos de los otros “pilares”, la educación y en particular la niñez, se les ha ido de las manos y cada vez las condiciones de los círculos estatales son peores, tal como afirma la redacción de Diario de Cuba en un artículo: 

 

“Al déficit de "educadoras", se suma la depauperación de las edificaciones donde se ubican los círculos infantiles estatales, la pésima calidad de los alimentos y los escasos recursos que Cuba destina a este importante sector de la educación”[1].

 

Los círculos privados deben garantizar una alimentación adecuada, suficiente y saludable para los niños y niñas que atienden, adaptándose a la realidad del país y promoviendo una cultura alimentaria responsable y sostenible. Sin embargo, no están exentos de dificultades y retos.

Las guarderías privadas en Cuba implican un gasto significativo, lo que supone un desafío financiero para muchas familias. Los costos de estos servicios pueden variar en función de la calidad del cuidado, la atención personalizada y la edad de los niños, con precios que fluctúan entre 1000 y 5000 pesos cubanos (entre 3,7 USD y 18,5 USD) mensuales por niño, sin contar la comida, en la mayoría de los casos. La calidad de la comida (si los trabajadores del círculo la proporcionasen) es un valor que incrementa el gasto, que muchas madres no pueden permitirse y, por ende, llevan comida de la casa.

 

Para muchas madres que trabajan y dependen de un salario estatal, cada vez menos respaldado, estos gastos pueden llegar a representar entre un tercio y la mitad de sus ingresos mensuales, además de un porcentaje importante de los alimentos de su canasta básica; lo cual se aprecia en la calidad y variedad de las meriendas y almuerzos que pueden proveer para sus hijos en la estancia de los círculos. Con la constante subida de precios de las divisas en el mercado informal cambiario[2] y por tanto, el encarecimiento de productos y servicios, las guarderías también han elevado sus importes. También existen tarifas puntuales para horas extras, incluso si se desea que el niño pase la noche en casa de los cuidadores, y que por tanto cene y desayune a la mañana siguiente. 

La alimentación en los círculos infantiles privados es un tema de gran preocupación. Muchas cuidadoras exigen a los padres que lleven la comida hecha, donde la labor del cuidador es solo “dársela” a los niños. Mientras que otras cuidadoras piden una cantidad específica de insumos para que la alimentación de los infantes sea surtida y de calidad. Las trabajadoras piden los alimentos de forma semanal o mensual según sea el caso. Esta canasta se llenará con una cantidad específica de huevos, una posta de pollo (o cualquier carne como plato fuerte), una libra de arroz y una de frijoles, un paquete de perritos, aceite y viandas. 

 

En muchos casos los cuidadores que trabajan en estos centros, no dan la merienda o el almuerzo a la misma hora, en cambio aprovechan la condición de trabajar muchas veces en su propio domicilio y se disponen a realizar tareas domésticas amén de que los niños estén bajo su cuidado y pertinente vigilancia. La alimentación es uno de los factores que más influye en el precio de los círculos infantiles privados, ya que representa entre el 40 y el 60% del costo total según el mismo artículo de Diario de Cuba[3]. Los círculos infantiles privados suelen ofrecer almuerzo y merienda. Algunos también incluyen una cena ligera para los niños que se quedan hasta tarde.

Las contradicciones existentes entre padres y cuidadores radican en la alimentación. Tanto por parte de algunos padres en no poder llevar los insumos, como por cuidadores que no le proporcionan a los niños la debida alimentación balanceada.

De acuerdo con la redacción Cuba Cute:

 

 “A diferencia de los círculos infantiles, donde se prioriza la labor educativa y se busca que el niño se prepare para su ingreso en la vida escolar, la mayoría de las “cuidadoras” se limita a vigilar a la decena de niños que tiene bajo su guarda y a ponerles televisión todo el día para mantenerlos tranquilos. Esto limita su interacción social y entorpece el desarrollo de los infantes. Pero los padres, que precisan trabajar, no encuentran otra alternativa y finalmente transigen en pagar por este servicio”[4].

 

Los padres llevan el almuerzo y la merienda, pero no es aislado el caso de que algunos no lleven nada. Entonces las cuidadoras deben, si lo desean, compartir la merienda y almuerzo de algunos niños para el cual, sus padres no pudieron u olvidaron “echarle la comida en la bolsita”, asimismo cocinarle de sus propios alimentos.

El gobierno cubano al destinar pocos recursos en este sector tan importante, ha logrado indirectamente fomentar esta variante de trabajo por cuenta propia, donde los cuidadores solo piensan en su salario y el nivel humano se marchita. Desestimar la alimentación y los horarios de alimentación en niños pequeños, en plena edad de desarrollo físico y mental, es una negligencia altísima por parte de los cuidadores, como mismo lo es por parte de los padres al no cerciorarse de que eso pueda ocurrir.

 

Por otro lado, la comida en los círculos infantiles es un reflejo de la situación alimentaria más amplia en Cuba. Con la inseguridad alimentaria y la dependencia de las importaciones, la alimentación en estos centros es un desafío constante. La escasez en todo el país de carnes, hortalizas, frutas y granos, conducen a que exista una deficiente alimentación en los infantes. En este contexto, los niños en los círculos infantiles tanto estatales como privados son particularmente vulnerables a la inseguridad alimentaria.

[1] Rodríguez, J. (2021) “El Estado empuja a los niños cubanos hacia los círculos infantiles privados, que también suben precios”. Disponible en : https://diariodecuba.com/cuba/1611664035_28248.html

[2] Redacción de El Toque, Tasa de cambio de moneda en Cuba hoy. Disponible en: https://eltoque.com/tasas-de-cambio-de-moneda-en-cuba-hoy

[3] Rodríguez, J. (2021) “El Estado empuja a los niños cubanos hacia los círculos infantiles privados, que también suben precios”. Disponible en : https://diariodecuba.com/cuba/1611664035_28248.html

[4] Redacción Cuba Cute. (2023) “Guarderías privadas en Cuba, el negocio que se abre paso para los padres con bolsillos que se lo permitan” Disponible en: https://www.cubacute.com/2022/03/04/guarderias-privadas-en-cuba-el-negocio-que-se-abre-paso-para-los-padres-con-bolsillos-que-se-lo-permitan/

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