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Organizaciones internacionales señalan que el mayor problema en América Latina en materia de alimentación es la obesidad. Mientras que cerca del 9% de la población sufre de desnutrición, se estima que un 30% tiene problemas de obesidad, que se derivan del consumo de dietas de baja calidad con alto contenido en calorías.

Eugenio Díaz Bonilla

Hablemos sobre los indicadores de Seguridad Alimentaria:

Los Indicadores de Seguridad Alimentaria tienen metodologías para su estimación que hay que entender para poder interpretarlos. Por ejemplo, los indicadores de desnutrición o hambre de la FAO en Food Security Indicators (FAOSTATS) tiene información sobre calorías. Se hace un promedio de la oferta nacional de calorías, se cruza con el mínimo de calorías necesarias (dada la estructura de género, edades y otras consideraciones) y, finalmente, se cruza con la distribución del ingreso para estimar quiénes estarían sufriendo hambre. Puede que los datos de ingreso o los de la cantidad de calorías sean inadecuados. De Cuba, la FAO no tiene información sobre Seguridad Alimentaria en sus bases de datos. La FAO toma los datos que provee el gobierno y las autoridades oficiales. [Se revisan los datos de la FAO STATS mientras estamos hablando, se toman los datos de nutrición y no se ven datos para los años 2019, 2020, 2021

 

Para la medición de la seguridad alimentaria, además de los datos de consumo de calorías, se emplean métodos de percepción,  datos antropométricos (en muchos casos para menores de 5 años), datos de precios y costos. Cada indicador de esta base de datos muestra una situación específica. Por ejemplo, en el caso de América Latina y el Caribe, se usa el de desnutrición (falta de calorías o hambre) que contabilizó un 8.6% en 2021 (cuando el promedio mundial fue de 9.8%), el de inseguridad alimentaria severa (basada en encuestas de percepción subjetiva) fue de un 14% en la región frente a un 11.7% a nivel global; sumando los índices de inseguridad severa más moderada llegaba casi al 41%, cuando el promedio mundial es casi el 30%.  de la población mundial.

Entonces con un indicador estamos mejor que el mundo y con el otro bastante peor. ¿Cómo interpretar estas diferencias? Yo preferiría usar el de hambre que tiene una base cuantitativa, en lugar de los basados en respuestas de percepción subjetiva. 

 

Diferencias entre Seguridad Alimentaria y Soberanía Alimentaria.

 

La soberanía alimentaria es una etiqueta que tiene componentes que la hace diferente a la seguridad alimentaria. La seguridad alimentaria tiene que ver con los seres humanos. El factor más importante tiene que ver con el acceso a la alimentación, nutritiva y adecuada, y a su utilización para la salud humana.

La soberanía alimentaria, por su parte, implica una variedad de temas: la capacidad de decisión de políticas públicas, el apoyo al pequeño productor, acceso a la tierra y al agua, tecnologías preferidas, etc. Respecto a la capacidad de tomar decisiones de políticas públicas sobre el sector agro-alimentario, todos los países tienen soberanía alimentaria dentro de los compromisos que esos mismos países han asumido como parte de otras negociaciones, por ejemplo, dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC por sus siglas en español).  Cabe recordar que la OMC es una secretaría suboordinada a los gobiernos, depende de los gobiernos que la componen, que son los que toman las decisiones.

Por su parte, el tema del apoyo al pequeño productor y su acceso a la tierra y al agua es muy importante. En relación con las tecnologías, hay que analizar cada una en su contexto sin rechazar a priori unas u otras. Las tecnologías agroecológicas pueden ser buenas o pueden ser subóptimas para el pequeño productor. Los avances en mapeo y edición genética, pueden ayudar mucho en casos como el trigo resistente a la sequía, pero pueden estar fuera del alcance de agricultores con menores recursos. Por tanto, hay todo un rango de medidas por el que la gente que aboga como parte de la soberanía alimentaria que hay que analizar por separado.

Por ejemplo, hay mucho énfasis en la protección comercial para ayudar al pequeño productor, pero la protección favorece más al productor grande y perjudica al consumidor con menos recursos económicos. En este sentido la soberanía alimentaria, puede no ser necesariamente beneficiosa para toda la población. Un ejemplo elocuente de esto es el siguiente: para proteger la producción nacional se implementan como medida una serie de impuestos a las importaciones de bienes básicos. Esos bienes básicos resultarán más costosos para el consumidor final y, en algunos casos, para los mismos productores que requieran de insumos que no se produzcan de manera suficiente localmente. Por otra parte, una liberalización total de la producción alimentaria puede llevar a un alto desempleo en las áreas rurales de muchos países pobres. Debe haber un balance entre el productor y el consumidor.

Un tema relacionado es que si la preocupación de las políticas macroeconómicas y comerciales es por los pobres, entonces una política que se centra en el maíz, por ejemplo, no atiende al tema central. Cuanto más se invierta en políticas que tienen que ver con los pobres directamente, más encaminado estará un país hacia la seguridad alimentaria.

Relación entre Derechos Civiles y Derecho a la Alimentación

En 1966, la Organización de Naciones Unidas (ONU) consagró el derecho a la alimentación adecuada como uno de los derechos humanos fundamentales que forma parte del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Por ser uno de los Derechos Fundamentales, es necesario enfatizarlo y que se cumpla, pero es diferente a la seguridad alimentaria, que versa sobre el alimento y los nutrientes suficientes para las personas. El derecho a la Alimentación, se refiere a la obligación que tienen los Estados de propiciar las condiciones adecuadas, algunas de ellas de carácter inmediato y otras que se deben cumplir gradualmente. Por otro lado, la seguridad alimentaria cuenta con 6 criterios para su debido cumplimiento: Disponibilidad, o la oferta de alimentos; Acceso, que incluye los recursos económicos; Utilización, o aprovechamiento corporal de los alimentos; Estabilidad, de las tres dimensiones anteriores en el tiempo. Recientemente se incluye la Sostenibilidad del sistema alimentario y la Agencia, o el derecho a decidir independientemente sobre el consumo y la producción.

Aunque la declaración tanto del derecho a la alimentación como los criterios de Seguridad Alimentaria es adecuada, sus planteamientos se deben materializar en objetivos concretos de política agroalimentaria y su implementación material. Lo que importa es la materialización del derecho a la alimentación.

Casi todos los países tienen estrategias y comisiones de seguridad alimentaria y nutricional. Los ministerios tienen políticas y esquemas interinstitucionales. Lo que cuenta, a mi modo de ver, es el presupuesto que se usa. Hay muy pocos estudios de políticas de alimentación que tengan en cuenta este tipo de dimensiones. Yo hice un estudio del gasto público en seguridad alimentaria en Honduras. En este estudio miramos el gasto en el desarrollo agropecuario, en la infraestructura, la nutrición y la salud, en el cambio climático, entre otros aspectos relacionados con la seguridad alimentaria. De esto puedo decir que una política con objetivos cualitativos no es un programa, solo es un deseo.

También se hizo un trabajo en la Universidad Católica de Venezuela. En este caso, los datos a los que pudimos acceder, de pobreza, hambre y demás, provenían de la Universidad Católica. No hubo acceso a información de pobreza de los órganos gubernamentales. En Venezuela la Universidad Católica tenía la posibilidad de hacer encuestas con datos fidedignos; por lo que solo se podía trabajar con la Iglesia.

Para ofrecer un contraste, la mayoría de los datos consignados en trabajos de investigación y en bases de organizaciones internacionales señalan que el mayor problema en América Latina en materia de alimentación es la obesidad. Mientras que cerca del 9% de la población sufre de desnutrición, se estima que un 30% tiene problemas de obesidad, que se derivan del consumo de dietas de baja calidad con alto contenido en calorías. Esto debido a la mala calidad (nutricional) de los alimentos, que conlleva a problemas de salud como diabetes, enfermedades cardiovasculares, incluso a ciertos tipos de cánceres).

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