ALIMENTACIÓN HOSPITALARIA
No puedo decir lo mismo de los enfermeros que me destrozaron las venas, robaban medicamentos y había que velarlos y despertarlos para que te suministraran los medicamentos.
El médico me recomendó mucha carne de vaca o caballo y comida sana en general, pero yo no tengo de donde sacar eso, cuando mucho como pollo o huevo.
La calidad de elaboración no era la peor, pero tampoco era muy buena, ya que estaba falto de condimentación, de aceite en algunos casos, lo cual hacía la comida reseca
Los alimentos eran insuficientes e inadecuados, tanto para la edad de los niños como por su condición de salud que necesitaba una alimentación para fortalecer las defensas.
Como miembro de la tercera edad debería tener una buena dieta, y aunque mi familia me ayuda, nunca se satisfacen todas las proteínas o necesidades alimentarias
La comida era bien mala, yo no la comí ni una vez porque además mi padecimiento me pone el estómago delicado y muchas cosas me dan asco, más esos alimentos mal preparados.
No pude conseguirlos por completo. La familia hizo un esfuerzo por ayudarme, tanto la de Cuba como la del exterior, pero no se pudo conseguir todo lo que necesitaba.
Daban muy poca comida y la elaboración podemos decir que deficiente, me recordaba a las bandejas de las escuelas internadas o comedores obreros, muy poquito y sin sazones.
La estancia fue negativa. Sufrí de mal trato del personal de salud que al inicio me decían que no era nada mi dolor y finalmente me tuvieron que operar de urgencias.
Pasé el tiempo leyendo y siempre hubo alguien de la familia conmigo. Aunque cogí sarna y había cucarachas por todas partes.
La alimentación es cierto que sí no fue tan positiva. Estaba mal elaborada, muy poca y no estaba acorde con lo que los médicos decían debía ser mi dieta.
La alimentación fue pésima: sopa de chícharos con gorgojos, arroz blanco y jamonada especial cruda con unos pedacitos de boniato hervido. No me la comí, pues además estaban mal cocinados.
Durante mi ingreso en la UCI me compliqué con una neuritis que padezco hace unos años y perdí la movilidad de mis piernas, yo soy católico y mi sacerdote fue a darme la extremaunción.
Los alimentos muy malos, mal elaborados, de pésima calidad. Daban desayuno compuesto por mermelada de guayaba con agua, almuerzo y comida, sin meriendas.
Mis problemas hormonales requieren una alimentación especial, sin mucha azúcar, chocolate, café o ese tipo de desestabilizadores.
La estancia en el hospital fue regular. Creo que las condiciones eran bastante precarias, aunque anteriormente había estado en hospitales con peores condiciones.
Las porciones eran pequeñas, muy poca cantidad en las bandejas. Y la calidad regular tirando a mala. Las sopas casi sin sabor al igual que los potajes.
Realmente sí. A partir de mi caída mi salud se ha deteriorado mucho por lo que cada vez necesito comida más fácil de masticar, pues me salen llagas en la boca y me dan crisis de gastritis.
En su caso fue una diarrea bacteriana que pudo haber estado en el agua, aquí la calidad del agua es muy mala, hay que hervirla, filtrarla y clorarla, a veces viene muy sucia, por la parte de alimentos ya te dije que siempre se le resuelve algo.
Las porciones eran bastante pequeñas, insuficientes, las de una bandeja tipo escuelas o comedores obreros.