Las brillantes medidas agropecuarias del Gobierno cubano y sus frutos inexistentes
21 de agosto de 2024
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a situación económica y política de Cuba es dual, existe una
una imagen pública construida con cuidado durante décadas para mostrar una fachada de dignidad y desarrollo sacrificado del pequeño David ante el capitalista y enorme Goliat. Un poco más hacia el interior, hace años que la situación se agrava; parece haber perdido todo punto de retorno.
En el ámbito económico, las autoridades repiten la narrativa de enfrentar desafíos debido a la falta de inversión extranjera y al embargo estadounidense, obstáculos que no son despreciables. Sin embargo, más a lo interno nos encontramos ante una estructura económica centralizada con una mala gestión que se ha venido arrastrando desde los inicios de la Revolución.
En el aspecto político, Cuba es gobernada por el Partido Comunista desde 1959. Este gobierno de poco más de medio siglo tiene un sistema político de partido único que poco a poco ha tenido que abrirse a determinadas reformas económicas, que se oponen a lo que inicialmente se pensó como una economía centralizada.
Actualmente el país está en crisis política y sobre todo económica, debido a varios factores como:
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la apertura al uso de Internet (mayor flujo de información, contestación y oportunidades),
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la policrisis que se ha hecho latente con mayor fuerza luego de la Covid-19 (con colapso de bienes y servicios, inseguridad alimentaria, hídrica y energética),
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el cambio de las políticas de Estados Unidos hacia la Isla,
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la disminución de ayudas internacionales a las que se ha acomodado la supervivencia del país,
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el ordenamiento y reordenamiento monetarios, y los reacomodos en forma de parches con los que el Gobierno ha intentado remediar los descalabros de la economía.
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la corrupción interna, el inmovilismo y la rancia política de cuadros.
Las circunstancias son alarmantes y tienen un impacto significativo en la sociedad cubana a mediano y largo plazo. Abordar el problema del hambre en Cuba es crucial para garantizar el bienestar y la salud de la población. La falta de una alimentación adecuada puede llevar a deficiencias nutricionales y problemas de salud, especialmente en niños y personas vulnerables. Además, la desnutrición puede afectar negativamente el desarrollo físico y cognitivo de los individuos, lo que a su vez puede afectar su capacidad para salir de la pobreza y contribuir al crecimiento económico del país. La inseguridad alimentaria puede generar problemas de salud pública, aumento de la mortalidad infantil y menor rendimiento académico debido a la falta de energía y concentración. También puede contribuir a la migración interna o externa de la población en busca de mejores oportunidades.
El colapso de servicios o los requerimientos que adicionalmente deben enfrentar las familias para asegurar qué comer obstaculizan otros derechos como el del trabajo y la educación. Finalmente, la única válvula de escape al uso es la emigración de la mayor parte de mano trabajadora, jóvenes estudiantes y profesionales, que abandonan el país, casi dos millones en los últimos años. Esto conlleva al decrecimiento y al envejecimiento poblacional, además de una feminización de estas olas muy pronunciada. Tenemos un país sin jóvenes, sin profesionales, y donde cada vez nacen menos niños, ¿cómo será la Cuba del futuro?
¿Qué ha hecho el estado para combatir la crisis alimentaria en Cuba?
Según la imagen pública que construye el Estado cubano, en el país se han tomado varias medidas para mejorar la producción nacional de alimentos y favorecer a la población. Por ejemplo, se ha hablado mucho de “Impulsar la agricultura urbana” fomentando el cultivo de alimentos en la ciudad. Esto está muy bien, pero tiene dos fallos principales: no está al acceso de todos y no es suficiente para cubrir una dieta saludable. Además de esto tenemos un factor social despreciado en este caso y es la inseguridad pública. Usted puede tener un pedacito de tierra y trabajarlo con esmero, pero las probabilidades de que un delincuente le robe su trabajo son altas y las personas se desaniman. Este fenómeno también ocurre con la cría de animales en la urbe. Todo ello impulsado por la naturaleza criminigénica que tiene la crisis presente en la Isla, a mayor escasez y precariedad, mayores formas de subversión y supervivencia, ilegales y criminales.
Como segundo ejemplo tenemos la “Promoción de la agricultura orgánica” donde se incentiva el uso de prácticas agrícolas sostenibles para minimizar el uso de agroquímicos. Hay sitios donde es posible acceder a este tipo de alimentos como los agromercados, también existen cooperativas que lo practican, pero no es un comportamiento generalizado ni normado y tampoco ayuda a desarrollar mayores cultivos ni mucho menos suplir las necesidades de la población. Antes de ser orgánicos y Nature friendly primero es necesario tener cubiertas las necesidades básicas, si bien está a tono con la moda mundial de conciencia ambientalista y la permacultura, no se puede correr sin antes caminar.
Con el desarrollo de las cooperativas pasa algo complejo. Primero no hay insumos suficientes para que el campesino trabaje el campo como debe ser, luego la retribución económica no es la óptima en comparación con el trabajo, además muchas veces las restricciones de transportación conducen a que los productos sean decomisados o se pudran en las fincas por no tener cómo hacerlos llegar a los puntos de venta. El Estado también demora en hacer efectivo el pago a los productores agrarios, lo que ha conllevado a que muchos se nieguen a venderle al mismo.
Las mejoras en la infraestructura agrícola al parecer forman parte del curioso fenómeno de las cosas que salen por el Noticiero Nacional pero luego no se ven sobre la práctica. De hecho, el mal estado de la industria agrícola del país es uno de los grandes motivos por los cuales no se produce tanto internamente como se pudiera.
Por último, está la falta de apoyo al sector agrícola, punto en el que se dice que se les incentiva fiscalmente y de forma financiera o se les capacita y se les proporciona tecnología para su trabajo. De más está decir que el campesino en Cuba está abandonado y eso puede verse en la falta total de incentivo que hay para poner a producir la tierra. Y sin campesinos y cultivos no existe un desarrollo nacional sostenible.
Las medidas están y seguirán llegando, pero los resultados y avances aún los estamos esperando y puede que los sigamos esperando los próximos 51 mil milenios. Por ahora no queda de otra que aferrarse a la importación para la que incluso se ha dado brecha al sector privado y aguantar con los brillantes precios de los productos de los mercados en divisas, a los que no accede la mayoría de los cubanos.