se ha experimentado en la ciudad de Cienfuegos una crisis alimentaria sin precedentes, al menos en las últimas dos décadas. El desabastecimiento crónico y las irregularidades en la cadena de suministros, que ya venían cobrando un elevado saldo a la población, sobre todo a los casos más vulnerables, dígase adultos mayores, embarazadas, madres solas, discapacitados y casos sociales, han alcanzado su momento más crítico en medio de una situación energética delicada que ha puesto una presión adicional sobre las familias cienfuegueras.

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Durante los últimos días de septiembre realizamos un recorrido por los establecimientos de ventas de alimentos más importantes de la ciudad alcanzando 9 comunidades, de las cuales solo 2 se encontraban ofertando escasos productos a la población. La mayoría de los establecimientos en moneda nacional se encuentran cerrados o completamente desabastecidos. 

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Los pocos que permanecen brindando servicios como el mercado “La Yarda”, ubicado en el centro de la ciudad, se encuentran controlados con la presencia de agentes del MININT y la Policía Nacional Revolucionaria. Lo que se expende en este mercado (uno de los más importantes de la ciudad) es: galletas de sal, concentrado de limón y dulce de guayaba en barra. Con una cantidad limitada de unidades de estos productos se dan “turnos” puesto que no alcanzan para satisfacer la demanda. Las filas se tardan hasta 24 horas y más para adquirir cualquier mercancía.

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No existen en estos momentos y desde hace varios días ningún producto cárnico o fuente de proteína en venta para la población. Con el precio del dólar estadounidense rozando los 200 pesos cubanos hoy mismo y el cartón de huevos a 900 pesos, las familias que no poseen MLC, que son la mayoría, no tienen como adquirir fuentes de proteína animal en la red de suministros estatal. En las tiendas en MLC lo que se está vendiendo en estos momentos son tubos de picadillos de 500 gramos a más de 4 MLC por unidad. 

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Luego de más de 72 horas sin electricidad la mayoría de las reservas de alimentos de las familias se perdieron y el gobierno no ha trazado todavía una estrategia para asistir a las familias más vulnerables o restablecer el suministro de manera estable. Ante los reclamos de la población la respuesta gubernamental no ha sido otra que reforzar el control y la propaganda. Los cortes de internet se suceden para evitar visualizar la realidad del país y las protestas acontecidas en la Ciudad de La Habana. La situación no mejora.