décadas pasadas, el gobierno comunista de Cuba se enzarzaba periódicamente en procesos de “mejoramiento” de la situación económica del país, haciendo énfasis, al menos desde la narrativa oficial, en el tema alimentario agrícola y productivo.

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Planes nacionales para “rectificaciones de errores”, “institucionalizaciones”, “perfeccionamiento empresarial”, “actualización del modelo económico” y “ordenamientos monetarios”, han pasado por las oficinas de los burócratas e ideólogos del Partido sin alcanzar la tan esperada y prometida prosperidad que Castro publicitaba en sus discursos mesiánicos en la década de los 60.

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“Porque nosotros en la ganadería, partiendo del ejemplo de Holanda, yo estoy absolutamente convencido —y me atrevo a decirlo aquí sin miedo a decir ninguna barbaridad, y que me juzgue la historia por lo que voy a decir— de que nosotros podemos llegar a producir tanta leche como Holanda, tanta leche como Holanda; no digo más, porque lo demás se lo dejo a los nuevos zootécnicos y a los nuevos impulsores de la producción, que es posible que un día sobrepasen”.[1]

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Entrando en la tercera década del nuevo milenio, mas de 60 años después, ni más leche que Holanda, ni más carne que Argentina ni más azúcar que Brasil. De hecho, precisamente estos tres productos, se encuentran entre los más escasos, caros y demandados por los cubanos corrientes de hoy.

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Ninguna estrategia centralizada ni gigantismo productivo revolucionario ha logrado resolver el problema básico de los alimentos en un país de solo 11 millones de habitantes que recibió durante más de treinta años un generoso subsidio soviético que fue a parar a cualquier lado menos a la mesa de los cubanos.

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Sin embargo, nuevos proyectos estatales aparecen en el ecosistema político-económico de la fallida dictadura tropical, prometiendo una vez más, la salvación para los humildes que creyeron en “el comandante” desde los primeros días del régimen totalitario.

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El sospechoso de turno: Las MIPYMES; estructuras económicas que existen en el hemisferio occidental hace casi un siglo y se conocen mundialmente solo como PYMES, las cuales según el World Economic Forum representan la espina dorsal de la economía mundial.

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“Las pequeñas empresas representan el 90% de todas las empresas y son responsables de casi el 70% tanto de los puestos de trabajo como del producto interior bruto (PIB) en todo el mundo.”[2]

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El Buró Político del Partido Comunista de Cuba, las vino a descubrir a finales del año 2021, causalmente unos días después del estallido social del 11 de julio. Obviamente la prensa oficialista presenta el hecho como una consecuencia natural del proceso de reordenamiento monetario que tanta incomodidad ha traído a la población.

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“Cuando iniciamos la Tarea Ordenamiento explicamos que esta nos ponía en mejores condiciones para avanzar en el perfeccionamiento económico, porque igualaba el tipo de cambio del sector estatal y el no estatal. Eso era una distorsión tremenda que teníamos antes del primero de enero de este año para poder avanzar con más rapidez y eficacia en todo el proceso del trabajo por cuenta propia, las MIPYMES y las cooperativas”.[3]

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Como todo “gran proyecto revolucionario” las MIPYMES comenzaron tomando cierta fuerza en el mercado nacional, cosa que ha disminuido a raíz de las nuevas e impopulares medidas tomadas por el aparato central de suspender la exención de impuestos que tanto estimulaba a los cuentapropistas a dar el paso de la “reconversión”. Según el diario 14yMedio:

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“El fin a la exención del impuesto del 10% sobre la comercialización mayorista para mipymes, conocido desde la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2023, volvió a ser lo más noticioso de la Mesa Redonda de este lunes. El programa, en el que participaron la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, y dos viceministros, además de la jefa de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT), estaba dedicado a presentar a los ciudadanos las claves principales de las cuentas públicas, pero aportó poca o ninguna información respecto a la que ya se conocía.

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Por ello, la exención se mantiene por un año para las que ya lo disfrutaban, pero se suprime para todas las nacidas en 2023, una mala noticia para los empresarios privados, como había denunciado Oniel Díaz Castellanos, fundador de la consultora Auge, al conocer la decisión. "Ahora hay cero incentivo, cero apoyo, porque la empresa desde que comienza a existir ya tiene que pagar impuestos como si llevara toda la vida trabajando", lamentó en una directa de Facebook el pasado diciembre.”[4]

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Lo que parecía ser una opción razonable para comenzar a recuperar la depauperada economía doméstica, ha devenido en otro espejismo propagandístico para ganar tiempo hasta que los jerarcas del PCC encuentren otra fuente de ingresos internacionales a la cual parasitar como es la costumbre. Los comunistas no creen en el emprendedor cubano y nunca lo harán. Para ellos la idea de un tejido empresarial nacional robusto y poderoso es equivalente a la pérdida del poder político, cosa que no están dispuestos a negociar.

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[1] Castro, F. (1963) Discurso del 20 de julio de 1963. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f200763e.html#:~:text=Y%20todo%20el%20campo%20socialista,facilidades%20que%20nosotros%20para%20producir.

[2] World Economic Forum. (2022) “La gran oportunidad detrás de las pequeñas empresas”. Disponible en: https://es.weforum.org/agenda/2022/12/la-gran-oportunidad-detras-de-las-pequenas-empresas/

[3] Ministerio de trabajo y seguridad social de Cuba. (2021) “Novedades sobre las MIPYMES, cooperativas no agropecuarias y el ejercicio del trabajo por cuenta propia” Disponible en: https://www.mtss.gob.cu/noticias/novedades-sobre-las-mipymes-cooperativas-no-agropecuarias-y-el-ejercicio-del-trabajo-por-cuenta-propia

[4] 14YMEDIO. (2023) “Se confirma la eliminación de la exención de impuestos para las nuevas 'MIPYMES' en Cuba”. Disponible en: https://www.14ymedio.com/economia/confirma-eliminacion-exencion-impuestos-Cuba_0_3461653805.html