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De la solidaridad con el régimen cubano y otras adicciones

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22 de noviembre de 2022

de los días más críticos para la seguridad global, han pasado 60 años de la crisis de los misiles, siendo uno de los hechos históricos más relevantes para la región en el contexto de la Guerra Fría, no solo por el riesgo que representó, sino por el rol de Cuba en la crisis. Curiosamente, ese mismo año coincide con la implementación de la libreta de abastecimiento, constituido como uno de los grandes puntos de inflexión del modelo cubano y la inseguridad alimentaria en el país.

 

La mayor sorpresa no la generó la crisis en sí misma, sino su “afortunado” desenlace, una negociación entre el Estados Unidos y la Unión Soviética dejando al margen a Cuba. Hecho que llevó a resentir la relación entre estos últimos dos países y a llevar a que Fidel Castro se sintiera decepcionado y traicionado. Esto demostró que, si bien la Isla era de gran interés para la URSS dada su posición geográfica, la lealtad absoluta no se encontraba dentro de sus prioridades. Mientras que para Cuba esta relación si era prioritaria, pues tal y como lo menciona Carmelo Mesa-Lago, en tres décadas la Unión Soviética le entregó en ayuda al régimen 65.000 millones de dólares, cifra que representa el triple de la ayuda otorgada por la Alianza para el Progreso a América Latina.

 

Lo anterior evidencia por qué la disolución de la Unión Soviética marcó el inicio de los años más oscuros en cuanto al acceso de alimentos y calidad de vida en Cuba. Como reseña Cibercuba, este periodo degeneró en una serie de enfermedades graves producto de la desnutrición, demostrando que la situación siempre puede ser peor y que el modelo se encontraba lejos de ser exitoso frente a sus promesas iniciales. El régimen requería de forma urgente un nuevo financiador, pero en esta ocasión requería jugar mejor sus cartas y asegurar la lealtad de su socio.

 

Es así que durante la primera década del 2000 el régimen cubano ve la luz al final del túnel con un nuevo gran aliado en el poder, muy parecido a la extinta Unión Soviética pero más cercano culturalmente y con quien tenía una relación de vieja data. Venezuela se convierte en su gran proveedor de alimentos, combustible y algunos otros bienes primarios a cambio de asesoría para la consolidación ideológica del régimen bolivariano, sin mencionar la perversa transacción de petróleo por médicos y enfermeras esclavizados bajo el Convenio Integral de Cooperación Cuba – Venezuela firmado en el año 2000.

 

Con el declive económico del modelo venezolano los recursos hacia Cuba ya no eran los mismos. Sin embargo, el régimen de Nicolas Maduro como sucesor de Hugo Chávez, reafirma su lealtad al régimen cubano. Fidel Castro se habría encargado de generar una dependencia que iba más allá de los recursos, pues Nicolás Maduro deja en evidencia que su permanencia en el poder depende de su cercanía con Cuba, desde la santería, hasta la asesoría en materia de seguridad e inteligencia, el aparato estatal cubano ha permeado el poder en Venezuela y da la impresión de que se ha producido un proceso de colonización a la inversa de una isla en el Caribe a una otrora potencia petrolera.

 

Precisamente, el pasado 17 de noviembre daban la bienvenida en Caracas al XII Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba, al mismo tiempo que Díaz-Canel se encontraba en una gira internacional haciendo uso de la aerolínea estatal venezolana Conviasa. Es decir que el presidente cubano viajaba en una gira de Estado usando a toda discreción una aeronave de otro país soberano y, al parecer, sin ningún tipo de contraprestación o pago.

 

No por nada, pese a las precarias condiciones de vida en Venezuela, en donde de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), casi el 80% de la población padece de inseguridad alimentaria además de tratarse de uno de los países más desiguales del mundo, el régimen venezolano sigue apoyando lealmente al cubano. Una muestra de ello es que, en el 2017, llamado por muchas personas el año para olvidar en Venezuela, siendo la época más crítica en cuanto a inseguridad alimentaria, Venezuela fue el primer país en enviar a Cuba ayuda humanitaria después del huracán Irma, incluyendo alimentos enlatados y agua, que su propia población no tenía a disposición.

 

Para este año 2022 estas ayudas aumentaron, mientras que el gobierno venezolano enviaba 300 mil bolsas de alimentos como parte de la ayuda humanitaria por los estragos del Huracán Ian a Cuba, en Venezuela se reportaban más de 30 muertos y miles de damnificados por inundaciones y deslaves. Sin dejar de mencionar que, durante las protestas del 11 de julio en Cuba, el régimen bolivariano junto con la visita de Delcy Rodríguez envió alimentos e insumos médicos para intentar tranzar a la población.

 

El problema aquí presentado ni siquiera es el dilema sobre la ayuda humanitaria, es el anteponer el apoyo al sostenimiento del régimen cubano incluso por encima del bienestar de su propia población. Que este tipo de ayudas se vendan como cooperación jugando con el hambre de la población de ambos países y que la garantía de derechos tales como la alimentación, después de más de 60 años de la llegada de la Revolución sigan dependiendo casi en su totalidad de aliados ideológicos no es más que la violación más profunda de la dignidad humana, disfrazada de cooperación.

 

*Directora Ejecutiva Food Monitor Program.

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l pasado mes de octubre nos encontrábamos frente al recuerdo

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