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Cuba: una Isla en sequía

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31 de agosto de 2023

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l acceso al agua potable es un derecho humano fundamental, 

reconocido y protegido por los sistemas internacionales de derechos humanos. En el mundo, millones de personas luchan diariamente por obtener agua potable para satisfacer sus necesidades básicas. Y es que, a pesar de los compromisos y tratados internacionales que garantizan este derecho, países como Cuba enfrentan una crisis crónica de acceso a esta que representa una violación grave a los derechos humanos de su población.

 

Casos como lo presentado en la columna “Cauces locales del agua en tiempos de escasez y despilfarro” demuestran que la realidad pinta una imagen desgarradora. Numerosas comunidades en Cuba se ven atrapadas en un ciclo constante de interrupciones en el suministro de agua, lo que ha llevado a dificultades en la vida cotidiana de la gente. Las personas se ven obligadas a almacenar agua en condiciones precarias y viven con la constante incertidumbre de cuándo podrán obtenerla nuevamente. Esto no solo es una dificultad doméstica, sino también pone en peligro la salud de la población, pues el almacenamiento inadecuado del agua puede llevar a la contaminación y a la propagación de enfermedades.

 

La falta de inversión en infraestructura de agua y saneamiento es uno de los principales problemas que contribuyen a esta crisis en Cuba. Las redes de distribución de agua en muchas áreas están en un estado deplorable, lo que provoca pérdidas significativas y dificulta el suministro constante. La falta de recursos económicos ha limitado la capacidad del país para llevar a cabo proyectos de modernización y mejorar la infraestructura. Además, la obsolescencia de equipos y tecnologías dificulta la gestión eficiente del agua y el mantenimiento de las redes de distribución.

Pero lo más preocupante es que esta crisis del acceso al agua en Cuba tiene un impacto directo en los derechos humanos de la población. Acceso que constituye un derecho humano fundamental y que, al negarse o verse comprometido, se violan otros derechos, como el derecho a la salud y la dignidad humana.

 

El acceso al agua potable en Cuba se ha convertido en una grave preocupación que afecta la calidad de vida de su población. El Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce el derecho a un nivel adecuado de vida, que incluye el acceso a la alimentación, el vestido y la vivienda adecuados, así como al agua potable. A pesar de que Cuba no ha ratificado este pacto, tiene la responsabilidad de garantizar los derechos económicos y sociales de su población, incluyendo este aspecto.

 

La falta de acceso al agua potable tiene un impacto significativo en la vida cotidiana de las personas y las comunidades. El agua es esencial para actividades como cocinar, el aseo y la higiene. Sin ella, se comprometen la calidad de vida de las personas, su salud y su capacidad para satisfacer sus necesidades básicas.

Además de la sequía, el mal mantenimiento de los equipos de bombeo y los sistemas de distribución de agua agravan la situación. Muchos embalses están por debajo de 50% de su capacidad útil y algunas provincias, como Guantánamo, Camagüey y Sancti Spíritus, se ven especialmente afectadas. La falta de inversión, gestión y mantenimiento adecuados contribuye al desabastecimiento y a la mala calidad del agua.

 

La situación se agrava en las zonas rurales y alejadas de las ciudades, donde la población enfrenta dificultades adicionales para acceder al agua potable. Muchos hogares no tienen la conexión necesaria para recibir el servicio, lo que obliga a las personas a buscar soluciones por sí mismas, a menudo a través de métodos no seguros.

 

Las mujeres, que suelen encargarse de las labores domésticas y de cuidado, enfrentan una doble carga debido a la falta de acceso al agua potable. Además de sus responsabilidades diarias, deben lidiar con la búsqueda y el tratamiento del agua, lo que afecta su calidad de vida y la igualdad de género.

La falta de acceso al agua potable también impacta negativamente en el sistema educativo, pues muchas escuelas no la garantizan, lo que afecta la calidad de la educación y la salud de los estudiantes. Los niños y niñas enfrentan dificultades para acceder a agua limpia y saneamiento en sus lugares de estudio.

 

Para profundizar sobre la crisis en el acceso al agua potable y su relación con los derechos humanos, desde Food Monitor Program presentamos el informe “Los derechos humanos y el acceso al agua potable en Cuba”. En este informe hemos resaltado la trascendental importancia del acceso al agua potable como un derecho humano fundamental, estrechamente ligado al derecho a la alimentación y la salud. A pesar de los avances en la promoción de estos derechos, aún persisten obstáculos como la falta de infraestructuras adecuadas, la contaminación del agua y las disparidades en el acceso, que afectan en especial a grupos vulnerables. El informe ofrece una visión en profundidad de la situación en Cuba, examinando los desafíos específicos que enfrenta el país en la realización del derecho humano al agua potable.

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